
THE LATIN VOX (17 de noviembre de 2025).- Daniela Medina.
La Cámara de los Comunes de Canadá aprobó el nuevo presupuesto federal presentado por el gobierno liberal de Mark Carney, en una votación decisiva que marca un momento clave para la gobernabilidad en un Parlamento minoritario. La aprobación llega tras días de intenso debate y maniobras políticas que han puesto en evidencia las tensiones de una administración con recursos parlamentarios ajustados.
La ministra de Finanzas François‑Philippe Champagne presentó el presupuesto el 4 de noviembre de 2025, bajo el lema “Canada Strong”, señalando que el plan económico buscará responder a desafíos como la guerra comercial con Estados Unidos, una desaceleración económica y la necesidad de inversiones de mediano plazo.
La votación final, considerada una de “confianza” en este tipo de gobiernos, tuvo lugar en los primeros días de noviembre (y estaba programada para el 17 de noviembre) y ha sido el punto culminante de una negociación parlamentaria compleja.
Principales elementos del presupuesto y su contexto
Un plan ambicioso frente a un déficit histórico
El presupuesto propone un déficit para el año fiscal 2025-26 de aproximadamente C$ 78.3 mil millones, casi el doble de lo estimado previamente por el gobierno.
Dentro de las medidas destacadas se encuentran:
- Más de C$ 50 mil millones destinados a infraestructura (transporte, vivienda, salud) en los próximos cinco años.
- Un recorte planeado de unos 40 000 puestos de trabajo en el servicio civil, como parte de un esfuerzo por reducir tamaño del aparato estatal y reasignar recursos.
- Incremento en el gasto militar y defensa para cumplir objetivos de la OTAN, junto a una estrategia de diversificación económica para reducir la dependencia de EE. UU.
Los riesgos y la lógica del gobierno
El gobierno justificó el déficit como necesario para enfrentar dos grandes vientos en contra: la presión de aranceles estadounidenses y un crecimiento económico interno debilitado. El primer ministro Carney y el ministro Champagne han calificado este momento como una “ruptura generacional” que requiere inversiones audaces para preparar al país para el futuro.
El presupuesto también expresa una visión de gobierno más centrada en la eficiencia, la disciplina fiscal y la reestructuración del Estado, en contraste con la era anterior bajo el gobierno de Justin Trudeau, lo que marca un cambio político significativo.
La tensión parlamentaria: un escenario de fragilidad política
El hecho de que el gobierno liberal sea minoritario ha sido un factor central en el relato de esta votación. Con 169 escaños en una Cámara de 343 miembros, necesitaba obtener apoyo de la oposición o al menos la abstención de algunos diputados para asegurar la aprobación del presupuesto.
El partido conservador, liderado por Pierre Poilievre, manifestó que no apoyaría el presupuesto “tal cual”, y el partido Bloque Québécois y los Verdes también expresaron oposición o reservas.
Una jugada crucial fue la defection del diputado conservador Chris d’Entremont a las filas liberales, lo que redujo la brecha que separaba al partido gobernante de la mayoría absoluta y mejoró sus posibilidades de éxito en la votación.
El día de la votación final fue precedido por dos rondas de “votos de confianza” parciales relacionados con el presupuesto, que el gobierno logró superar, aunque por margen reducido. Ese precedente generó alivio entre los liberales, pero también dejó clara la fragilidad política de su situación.
Reacciones y análisis: qué está en juego
Desde el gobierno
Mark Carney celebró la aprobación del presupuesto como una señal de que Canadá está listo para una nueva fase económica. Subrayó que el país “invertirá en su futuro”, que “apostará por sus capacidades” y que la era de depender únicamente del mercado interno o de Estados Unidos está quedando atrás.
François-Philippe Champagne señaló que este plan representa una transformación estructural, argumentando que no se trata de gasto temporal, sino de “inversiones generacionales”.
Desde la oposición y los mercados
Los conservadores criticaron el elevado déficit, la continuidad de impuestos y la falta de una estrategia clara para crecimiento privado. Pierre Poilievre dijo que el presupuesto era “un sacrificio para la clase media” y que el gobierno liberal había fallado en contener el déficit.
Analistas económicos advirtieron que, aunque el plan apunta en la dirección correcta, “no es tan ambicioso como se había anunciado”. La dependencia de un contexto favorable y de cooperación parlamentaria coloca su ejecución en un escenario inestable.
Implicaciones inmediatas y a mediano plazo
- Estabilidad del gobierno: La aprobación del presupuesto evita por ahora la convocatoria de elecciones anticipadas, una amenaza latente si el presupuesto hubiese sido rechazado, dado que se trataba de una votación de confianza.
- Economía real: Las inversiones en infraestructura, defensa y reestructuración estatal pueden tener impacto significativo en crecimiento, empleo y competitividad si se implementan bien, aunque los efectos tardarán quizás años en verse plenamente.
- Ambiente político: La necesidad de apoyo de la oposición u otras formaciones políticas puede obligar al gobierno liberal a mayores concesiones en futuras leyes presupuestarias o políticas clave, lo que puede limitar su margen de maniobra.
- Mensaje internacional: Canadá proyecta una visión de país que busca mayor autonomía frente a EE. UU., refuerza sus compromisos defensivos y apuesta por nuevos mercados, lo que puede alterar su perfil ante inversionistas y socios comerciales.
Desafíos y preguntas abiertas
- ¿Cómo se financiarán las inversiones previstas sin comprometer aún más la deuda pública o la carga fiscal en el mediano plazo?
- ¿Podrá el gobierno liberal sostener la disciplina fiscal prometida (recortes de personal, eficiencia estatal) sin generar resistencias políticas o sociales?
- ¿Hasta qué punto las inversiones de infraestructura y defensa se traducirán en crecimiento económico real y no solo en gasto público?
- ¿Cuál será el rol del sector privado, de la innovación y de las exportaciones en este nuevo esquema?
- ¿Qué concesiones deberá hacer el gobierno para ganarse el apoyo parlamentario en futuras iniciativas, y ello erosionará su agenda original?
La votación final del presupuesto federal marca un hito para Canadá: el gobierno liberal de Mark Carney ha logrado sortear una prueba política crítica al asegurar la aprobación de un plan ambicioso en un entorno parlamentario adverso. Más allá del acto legislativo, este presupuesto simboliza una apuesta por redefinir la trayectoria económica del país, reclutar instituciones más eficientes, reforzar la defensa y ampliar horizontes comerciales.
Sin embargo, la victoria es frágil. La minoría parlamentaria exige pactos, concesiones y negociaciones constantes. La promesa de “inversiones generacionales” choca con la urgencia fiscal y el escrutinio público sobre los resultados. En definitiva, este presupuesto inaugura una nueva etapa para Canadá: una en la que las promesas son grandes, pero la ejecución y la estabilidad política aún deben ser puestas a prueba.
Fuente: www.cbc.ca
Foto: Google fotos