Terranova: Incendios forestales descontrolados asolan la península de Bay de Verde

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THE LATIN VOX (9 de agosto del 2025).- Por Daniela Medina.

Una cortina de humo denso y acre se cierne sobre la península de Bay de Verde, oscureciendo el sol y transformando un paisaje de serena belleza costera en un teatro de desastre. A medida que las llamas devoran miles de hectáreas de bosque, las autoridades han declarado un estado de emergencia regional en un intento desesperado por contener los incendios forestales que han obligado a miles de personas a huir de sus hogares.

La declaración, anunciada por el Honorable Dr. John Haggie, Ministro de Justicia y Seguridad Pública, abarca una vasta y crítica área desde Bristol’s Hope hasta Whiteway. Esta medida excepcional dota al gobierno de poderes ampliados para movilizar recursos, coordinar servicios de emergencia y priorizar la seguridad de los ciudadanos en una de las crisis más severas que ha enfrentado la provincia en décadas. El rugido del fuego, los destellos anaranjados contra el cielo gris y el incesante sonido de las sirenas se han convertido en la banda sonora de la angustia para una población que observa impotente cómo su entorno se consume.

La Batalla en Tierra y Aire

El fuego, avivado por una sequía prolongada y rachas de viento que superan los 50 km/h, ha demostrado un comportamiento «extremo e impredecible», según los informes de los equipos de bomberos forestales. Los frentes de fuego se mueven a una velocidad alarmante, saltando barreras naturales y creando nuevos focos que ponen en jaque las estrategias de contención. En esta batalla desigual, docenas de bomberos en tierra, armados con mangueras y herramientas manuales, luchan contra un calor abrasador y un humo asfixiante.

Desde el aire, la fuerza aérea provincial, apoyada por equipos de otras jurisdicciones, despliega una flotilla de aviones cisterna y helicópteros. El constante ir y venir de estas aeronaves, que arrojan miles de litros de agua y retardantes sobre los puntos más calientes, es el único freno visible a la furia de las llamas. Sin embargo, los vientos cambiantes y la densa vegetación del lugar, rica en coníferas y combustible seco, complican cada maniobra y ponen en riesgo la vida de los equipos.

Evacuaciones y el Miedo a lo Desconocido

La situación ha alcanzado un punto crítico en varias comunidades. Las localidades de Small Point–Adam’s Cove–Blackhead–Broad Cove, Western Bay y Salmon Cove han recibido órdenes de evacuación obligatoria. «Tuvimos que irnos en menos de 15 minutos», relata una residente de Western Bay, con la voz quebrada. «Sólo tomamos lo que pudimos: fotos, un poco de ropa y a los perros. No sabemos si volveremos a ver nuestra casa». En la cercana ciudad de Victoria, los residentes están bajo alerta, con sus maletas listas y los vehículos con el tanque lleno, listos para partir en cualquier momento.

Los centros de recepción, habilitados en escuelas y gimnasios de las comunidades vecinas, se han convertido en refugios improvisados. El ambiente es una mezcla de pánico, tristeza y, a la vez, de una impresionante solidaridad comunitaria. Voluntarios de todas partes acuden a ayudar, ofreciendo comida, mantas y consuelo a los evacuados. En estos lugares, el gobierno provincial ha desplegado equipos de salud mental, conscientes del profundo trauma que esta experiencia puede causar. «No es solo una casa lo que se pierde», explica una psicóloga. «Es el sentido de seguridad, los recuerdos, toda una vida. Nuestro trabajo es ayudar a procesar esa pérdida».

El Costo Ecológico y Económico de la Tragedia

El impacto de estos incendios va mucho más allá de las pérdidas materiales. La península de Bay de Verde es un ecosistema frágil, hogar de diversas especies de aves migratorias, alces y zorros, que ahora ven su hábitat reducido a cenizas. Los bosques boreales de la región, que tardan décadas en regenerarse, han sido gravemente dañados, lo que tendrá un efecto duradero en la biodiversidad local. Expertos ambientales advierten que la destrucción del suelo forestal podría aumentar la erosión y afectar la calidad del agua en los ríos y lagos cercanos.

En el plano económico, la región depende en gran medida del turismo, la pesca y la agricultura. Con carreteras cerradas, negocios evacuados y un paisaje carbonizado, el impacto económico será significativo. El costo de la respuesta de emergencia, las pérdidas de propiedad y el esfuerzo de reconstrucción se espera que ascienda a millones de dólares, una carga financiera considerable para una provincia ya de por sí desafiada.

El Dr. Haggie, en un comunicado de prensa, ha pedido a la población una «extrema vigilancia y colaboración», al tiempo que ha recordado que existe una prohibición total de fuegos en toda la provincia para prevenir que la situación se agrave. Los ojos del mundo están puestos en Terranova, un recordatorio sombrío de que el cambio climático no es una amenaza abstracta, sino una realidad palpable que está redefiniendo el paisaje y la vida de comunidades enteras, incluso en las regiones más remotas de nuestro planeta. Mientras el humo sigue subiendo al cielo, la comunidad se enfrenta a una dura y larga batalla, no solo para apagar el fuego, sino para reconstruir la esperanza entre las cenizas.

Fuente: www.gov.nl.ca

Foto: Imagen propiedad de: AFP Copyright: AFP or licensors


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