Pesimismo económico en Canadá podría ser profecía autocumplida

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FOTO: VECTEEZY

El sentimiento económico en Canadá ha estado marcado por un pesimismo creciente, a pesar de que muchos indicadores económicos muestran que los canadienses están financieramente más saludables de lo que sugiere el sentimiento nacional. Rebekah Young, economista de Scotiabank, advierte que este pesimismo prevaleciente podría convertirse en una profecía autocumplida, afectando negativamente el consumo y la inversión, y, en última instancia, estancando el crecimiento económico del país.

En un reciente informe, Young señala que, aunque los titulares de noticias destacan el estrés financiero, la polarización política y las calamidades climáticas, la realidad económica es más brillante de lo que se percibe. Según Young, la pandemia elevó los ingresos y ahorros de muchos canadienses, y aunque la comparación con ese período ha sido volátil, los datos muestran que el patrimonio neto de los hogares es un 25% más alto que antes de la pandemia. Además, los ingresos disponibles reales están por encima de los niveles de 2019 para los canadienses en edad laboral en todos los tramos de ingresos.

Young advierte que el sentimiento nacional puede tener efectos tangibles en la economía. “El sentimiento actúa esencialmente como la grasa o la arena para las decisiones de consumo e inversión”, escribe. Cuando los hogares tienen seguridad laboral y una visión positiva de la economía, tienden a gastar e invertir más. Sin embargo, el pesimismo puede llevar a una mayor cautela, lo que podría estancar el crecimiento.

A pesar del pesimismo, hay señales positivas. Los datos de Statistics Canada muestran que las ganancias promedio de los hogares están aproximadamente $20,000 por encima de lo que se habría proyectado basándose en el crecimiento de tendencia desde 2019. Además, los dos quintiles de ingresos más bajos han visto los mayores aumentos porcentuales en el patrimonio neto desde antes de la pandemia. Young también destaca que los ingresos disponibles han estado creciendo en el último año a casi el doble del ritmo anterior a la pandemia.

Young aboga por un “optimismo racional” para enfrentar los desafíos económicos de Canadá y evitar quedar atrapados en un estado de parálisis. “Hay un elemento de alarmismo en curso, esa historia negativa de ‘se avecina una recesión’”, dice Young. “Y hemos estado en este mundo apocalíptico durante dos años, pero los datos están lejos de eso”. Ella sugiere que una narrativa que promueva el progreso, celebre el éxito y recompense la toma de riesgos, anclada en realidades fácticas, es esencial para superar los desafíos actuales.

El pesimismo económico en Canadá, aunque comprensible dado el contexto global, no está completamente justificado por los datos. Sin un ajuste de actitud, existe el riesgo de que este pesimismo se convierta en una profecía autocumplida, estancando el crecimiento económico y limitando las oportunidades. Un enfoque basado en el optimismo racional podría ser clave para navegar los desafíos y asegurar un futuro más próspero para todos los canadienses.


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