
THE LATIN VOX (14 de noviembre del 2025).- Por Daniela Medina.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, lanzó un severo llamado a frenar la creciente ola de violencia de colonos judíos contra la población palestina en Cisjordania, calificando los recientes ataques como “impactantes y graves” y advirtiendo que cruzan “una línea roja” para la nación. Sus declaraciones se producen en un momento de gran tensión, marcado por un recrudecimiento de los enfrentamientos entre colonos radicales y comunidades palestinas.
Detonante del pronunciamiento
El pronunciamiento de Herzog se produce tras una serie de incidentes violentos recientes en el territorio ocupado. Decenas de colonos enmascarados atacaron los pueblos palestinos de Beit Lid y Deir Sharaf, incendiaron vehículos y propiedades, y protagonizaron choques con soldados israelíes.
En un mensaje publicado en redes sociales, Herzog pidió que “todas las autoridades del Estado actúen de forma decisiva para erradicar el fenómeno” de la violencia ultraderechista.
Una voz moral que sorprende por su contundencia
Si bien su cargo es principalmente ceremonial, Herzog ha intentado posicionarse con autoridad moral en este conflicto. Su condena pública destaca porque usualmente los más altos funcionarios israelíes han sido más cautos al hablar del fenómeno de la violencia de los colonos, una realidad compleja y políticamente sensible.
El presidente sostuvo que los perpetradores pertenecen a una “minoría”, pero recalcó que sus actos tienen un impacto enorme y socavan valores fundamentales de la sociedad israelí.
Reacción del ejército y del mando militar
El poder militar también respondió con firmeza. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Eyal Zamir, expresó su rechazo a la violencia y aseguró que el ejército “no tolerará el fenómeno de una minoría de criminales que empañan a una población respetuosa de la ley”.
Por su parte, el comandante del Comando Central, general Avi Bluth, calificó estos eventos como “inaceptables” y pidió que las fuerzas de seguridad se movilicen para prevenir ataques. Bluth subrayó que la violencia de colonos “desvía recursos de la misión principal de defensa del Estado”.
El contexto de los ataques
Algunos de los episodios más recientes han sido especialmente virulentos:
- Se reporta la quema de una mezquita en Deir Istiya, con eslóganes racistas escritos en sus muros y textos religiosos quemados.
- Organismos de derechos humanos han documentado un crecimiento dramático de estos ataques, especialmente durante la temporada de cosecha de oliva, cuando los colonos aprovechan para hostigar a agricultores.
- Las Naciones Unidas también han expresado preocupación por el aumento de incidentes y la aparente impunidad de algunos colonos violentos.
Críticas y dificultades políticas
A pesar del discurso del presidente y de los mandos militares, los críticos señalan que la respuesta del Estado no ha sido suficiente.
- Organizaciones como Yesh Din, que monitorean denuncias de violencia de colonos, destacan que un porcentaje muy pequeño de casos termina con acusaciones formales, lo que genera desconfianza entre la población palestina.
- Además, algunos analistas sostienen que la estructura política del actual gobierno israelí con figuras prominentes que apoyan la expansión de los asentamientos limita la capacidad de aplicar sanciones efectivas contra colonos violentos.
Reacciones internacionales
La comunidad internacional también ha mostrado preocupación:
- El Gobierno de España, por ejemplo, condenó la escalada de violencia y exigió al ejecutivo israelí que actúe con determinación para frenar a los colonos violentos.
- Desde diferentes organismos de derechos humanos se ha pedido una rendición de cuentas más efectiva y una intervención que proteja a las comunidades palestinas vulnerables, especialmente en medio de la expansión de asentamientos.
Escenarios posibles
Dada la gravedad del momento, se plantean varias rutas de desarrollo para la crisis:
- Intervención estatal efectiva: Si las autoridades israelíes concretan medidas de represión y justicia, podrían frenar la violencia de colonos y mejorar la seguridad para civiles palestinos, ganando legitimidad interna e internacional.
- Escalada persistente: Si las agresiones continúan impunes, podrían aumentar los enfrentamientos, tensando aún más la situación en Cisjordania y reforzando narrativas de violencia estructural.
- Presión diplomática internacional: Los países y organismos que han condenado los ataques podrían reforzar sanciones o mecanismos de monitoreo, lo que podría generar una presión externa significativa sobre Israel.
Las palabras del presidente Isaac Herzog representan un claro punto de inflexión en la retórica oficial. Al calificar de “impactante y serio” el fenómeno de la violencia de colonos, está poniendo en el centro del debate un asunto que ha sido históricamente polémico y a menudo ignorado.
Pero sus advertencias solo serán significativas si van acompañadas de acciones concretas: si el Estado usa todo su peso institucional para prevenir más ataques, castigar a los culpables y proteger a los más vulnerables. De lo contrario, el llamado moral podría quedarse en símbolos.
La violencia en Cisjordania no es solo un problema de orden público: es un desafío para los valores democráticos, el derecho internacional y la integridad ética de un Estado que se ve cada vez más cuestionado incluso desde dentro.
Fuente: www.cbc.ca
Foto: Google fotos