
THE LATIN VOX (20 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
En una declaración sin precedentes, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, aseguró en una entrevista concedida a Bloomberg que su país detendría inmediatamente al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en caso de que este ingresara al territorio canadiense, como parte de su compromiso con una orden de arresto dictada por la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes de guerra.
La afirmación ha generado un terremoto diplomático, obligando a Ottawa a calibrar su postura entre la adhesión al derecho internacional y la preservación de las relaciones con un aliado de larga data como Israel.
Antecedentes legales y diplomáticos
- El 21 de noviembre de 2024, la CPI emitió órdenes de detención contra Benjamin Netanyahu y el ex ministro de Defensa israelí Yoav Gallant por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad relacionados con el conflicto en Gaza.
- Como Estado parte del Estatuto de Roma, Canadá está legalmente obligada a cooperar con la CPI, lo que incluye la ejecución de las órdenes si la persona señalada ingresa al país.
- La relación entre Canadá e Israel ha estado marcada recientemente por tensiones derivadas del conflicto en Oriente Medio, con distintos episodios de reproche mutuo y cuestionamientos diplomáticos.
¿Qué dijo Carney exactamente?
Durante la entrevista, al ser preguntado si cumpliría el compromiso de su predecesor, el ex primer ministro Justin Trudeau —quien anteriormente había declarado que Canadá acataría las órdenes de la CPI—, Carney respondió con un firme “sí”, indicando que si Netanyahu entrara en Canadá, sería detenido conforme a la orden internacional.
La contundencia de la respuesta “sí”, sin matices conmocionó tanto a diplomáticos como a analistas, ya que implica una acción directa contra un jefe de gobierno de una nación aliada, algo excepcional en la política internacional moderna.
Reacción de Israel y del mundo
- El gobierno israelí aún no ha emitido una declaración oficial completa sobre las palabras de Carney, aunque medios israelíes anticipan que la postura será de rechazo y de advertencia sobre las consecuencias diplomáticas.
- Por su parte, expertos en derecho internacional señalan que, aunque legalmente Canadá está obligado a cumplir con la orden de la CPI, la realidad práctica de un arresto de este tipo es compleja, pues requeriría la presencia de Netanyahu en Canadá, algo poco probable dadas las actuales circunstancias políticas.
- Diversos analistas advierten que esta declaración podría afectar la cooperación bilateral en defensa, inteligencia y comercio entre Canadá e Israel.
Implicaciones políticas y legales
1. Derecho internacional vs. realpolitik
La afirmación de Carney representa un momento en que un líder nacional prioriza explícitamente el cumplimiento de las leyes internnales sobre lo que tradicionalmente se considera diplomacia de Estado. Esto subraya que Canadá almenos públicamente apuesta por alinearse con la jurisprudencia de la CPI.
Sin embargo, la ejecución de dicha promesa es incierta, ya que depende de factores tales como la entrada formal de Netanyahu a Canadá, la logística del arresto, el sistema judicial canadiense y los efectos sobre la seguridad y las relaciones exteriores.
2. Señal para otros Estados
La declaración puede marcar un precedente para que otros países miembros de la CPI consideren cumplir de forma más visible las órdenes de detención internacionales, incluso cuando se trate de altos funcionarios de países aliados.
También plantea la pregunta de hasta qué punto los líderes políticos están dispuestos a asumir el costo diplomático de tales decisiones.
3. Riesgo para Canadá
Este tipo de postura implica riesgos: podría provocar que Israel cuestione su cooperación en materia de seguridad, o que aliados de Canadá soliciten explicaciones sobre su coherencia estratégica. Asimismo, existe el riesgo de que Canadá sea percibido como parcializado en el conflicto Palestino-Israelí, lo que podría afectar su rol mediador internacional.
Escenarios posibles a futuro
Netanyahu decide no viajar a Canadá: En ese caso el asunto podría quedarse en una declaración simbólica sin consecuencias prácticas inmediatas, aunque el compromiso canadiense quedará registrado.
Viaje oficial o privado de Netanyahu a Canadá: Si el primer ministro israelí, por alguna razón, viajara a Canadá, se generaría una crisis diplomática de alto nivel, con posibles arrestos, negociaciones urgentes y presión internacional.
Negociación diplomática preventiva: Ottawa e Israel podrían entablar conversaciones para evitar que esta declaración afecte la cooperación bilateral; Canadá podría precisar las condiciones bajo las cuales aplicaría la orden, o buscar garantías de no ingreso.
Repercusiones en posiciones de Canadá sobre el conflicto en Gaza: Esta afirmación podría dar pie a que Canadá adopte un rol más activo o crítico respecto a Israel, cambiando su postura tradicionalmente aliada y generando reconfiguraciones en su política exterior.
La promesa del primer ministro canadiense Mark Carney de arrestar a Benjamin Netanyahu si entrara en Canadá es una declaración de enorme trascendencia. Marca un punto de inflexión en el equilibrio entre compromiso con el derecho internacional y las consideraciones diplomáticas clásicas.
Si bien su ejecución práctica es incierta, el valor simbólico y político de esa afirmación es elevado: Canadá demuestra que puede estar dispuesto a actuar según los principios del Estatuto de Roma, aunque ello implique tensiones con un aliado histórico.
En un mundo en el que la rendición de cuentas internacional adquiere cada vez mayor protagonismo, la pregunta que queda es si esta declaración será el inicio de una nueva era de responsabilidad o simplemente un gesto de firmeza sin consecuencias reales.
Sea cual sea el desenlace, lo que está claro es que Canadá ha lanzado un mensaje contundente: el derecho internacional también puede alcanzarle a los más poderosos.