El gobierno federal se enfrenta a una posible oposición en el Senado por su propuesta de congelar la compra, venta, importación y transferencia de pistolas en todo el país, una medida que busca reducir la violencia armada y el tráfico de armas de fuego.
El proyecto de ley C-21, que fue presentado en la Cámara de los Comunes el pasado lunes, incluye una exención para los tiradores deportivos de élite, que podrían seguir adquiriendo pistolas para competir en eventos nacionales e internacionales. Sin embargo, algunos senadores quieren que la exención se extienda a los tiradores recreativos, que practican el tiro al blanco como hobby o diversión.
El senador conservador Don Plett, líder de la oposición en el Senado, dijo el martes que el proyecto de ley es “injusto” y “discriminatorio” con los tiradores recreativos, que son ciudadanos respetuosos de la ley y que no contribuyen al problema de la violencia armada. Plett afirmó que el congelamiento de las pistolas afectará a unos 300.000 tiradores recreativos en Canadá, que se verán privados de su derecho a poseer y usar sus armas de fuego.
“Esto es una locura. Esto es una violación de los derechos de los canadienses”, dijo Plett en una conferencia de prensa.
Plett anunció que presentará una enmienda al proyecto de ley para ampliar la exención a los tiradores recreativos, y que espera contar con el apoyo de otros senadores, tanto conservadores como independientes. Según Plett, el gobierno liberal no ha consultado con los grupos de interés ni con las provincias y los territorios antes de introducir el congelamiento de las pistolas.
El ministro de Seguridad Pública, Marco Mendicino, defendió el proyecto de ley y dijo que el congelamiento de las pistolas es una medida “equilibrada” y “proporcionada” que busca limitar el número de armas de fuego en circulación y evitar que caigan en manos de criminales. Mendicino dijo que el gobierno liberal respeta el derecho de los canadienses a poseer y usar armas de fuego de forma legal y responsable, pero que también tiene la obligación de proteger la seguridad pública.
“Creemos que esta es una medida razonable que refleja el consenso de los canadienses, que quieren ver menos pistolas en nuestras calles y en nuestras comunidades”, dijo Mendicino en una entrevista.
Mendicino dijo que el gobierno liberal está dispuesto a escuchar las opiniones de los senadores y de otros actores sobre el proyecto de ley, pero que no aceptará que se debilite o se diluya la medida. Mendicino señaló que el congelamiento de las pistolas cuenta con el apoyo de los defensores del control de armas, de las víctimas y los sobrevivientes de la violencia armada, y de los alcaldes de varias ciudades canadienses.
El proyecto de ley C-21 también incluye otras disposiciones, como la prohibición de las armas de fuego de asalto de estilo militar, el programa de recompra voluntario de esas armas, la retirada de las licencias de armas de fuego a los agresores domésticos, y el endurecimiento de las penas por el contrabando y el tráfico de armas de fuego.