THE LATIN VOX (09 de Noviembre del 2025).- Por Daniela Medina.
Un nuevo desastre climático se abatió sobre Filipinas este fin de semana. El supertifón Fung-wong, conocido localmente como Uwan, tocó tierra el domingo por la noche en la provincia de Aurora, en la isla principal de Luzón, provocando inundaciones severas, deslizamientos de tierra, cortes de electricidad y al menos dos muertos. Más de un millón de personas fueron evacuadas preventivamente, mientras el país aún se recupera del paso reciente del tifón Kalmaegi.
Trayectoria y características del ciclón
Según la agencia meteorológica nacional filipina Philippine Atmospheric, Geophysical and Astronomical Services Administration (PAGASA), Fung-wong alcanzó la categoría de “supertifón”, con vientos sostenidos de hasta 185 km/h (≈115 mph) y ráfagas que superaron los 230 km/h (≈143 mph) al momento del ingreso.
El fenómeno presentó una banda de viento y lluvia de más de 1.500 kilómetros de ancho, lo que le permite impactar una vasta porción del archipiélago.
El landfall se verificó en la localidad de Dinalungan, provincia de Aurora, en la parte noreste de Luzón.
Impactos sobre el terreno y evacuaciones
- Evacuaciones masivas: Las autoridades movilizaron medidas preventivas y lograron retirar a cientos de miles de personas de zonas costeras, de baja altitud o propensas a deslizamientos al menos 1 000 000 de evacuados según los primeros reportes, cifra que podría subir.
- Víctimas: Hasta ahora se han confirmado dos muertes directas, una por ahogamiento en la provincia de Catanduanes y otra por colapso de estructuras en Samar.
- Infraestructura: En la ciudad de Santiago, provincia de Isabela, el viento arrancó techos metálicos, ramas caídas bloquearon carreteras, postes eléctricos fueron derribados y varias poblaciones quedaron incomunicadas.
- Transporte y servicios: Más de 400 vuelos domésticos fueron cancelados, el transporte marítimo fue suspendido en varias rutas y se reportaron cortes de electricidad generalizados en zonas afectadas.
Contexto de vulnerabilidad y secuelas recientes
Filipinas es frecuente noticia por tifones: el archipiélago registra en promedio cerca de 20 tormentas tropicales mayores por año, muchas de ellas altamente destructivas. En este año 2025, Fung-wong es el 21.º sistema significativo que impacta al país.
Además, el país aún se encuentra en fase de recuperación tras el paso del tifón Kalmaegi (conocido como Tino localmente), que hace pocos días dejó más de 200 muertos en Filipinas y afectó también a Vietnam.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. declaró estado de calamidad nacional, medida que habilita recursos de emergencia, agiliza las respuestas de socorro y facilita la coordinación entre agencias.
Riesgos aún latentes y lo que se espera en los próximos días
- Inundaciones y deslizamientos: Las lluvias acumuladas podrían superar los 200 mm en zonas de la Región Bicol y entre 100-200 mm en otras áreas del norte de Luzón, lo cual incrementa dramáticamente el riesgo de deslizamientos, especialmente en terreno montañoso.
- Oleaje y marejadas ciclónicas: En las zonas costeras se espera oleaje elevado y marejadas de hasta cinco metros, lo que amenaza comunidades ribereñas y zonas bajas.
- Continuación del fenómeno: Aunque el tifón ya ha hecho landfall, se prevé que su sistema siga generando lluvias intensas y vientos peligrosos mientras se desplaza hacia el Mar de la China Meridional y posiblemente hacia Taiwán, lo que mantiene el estado de alerta.
Lecciones y retos estructurales
- Preparación, evacuación y resiliencia: Que más de un millón de personas hayan sido evacuadas demuestra una mejora en los protocolos de emergencia, pero las secuelas de anteriores tifones muestran que la capacidad de respuesta sigue siendo crítica.
- Cambio climático y tormentas más intensas: Expertos destacan que fenómenos como Fung-wong se agravan en un contexto de océanos más cálidos y atmósferas con mayor contenido de humedad, lo que permite intensificaciones rápidas.
- Infraestructura y reconstrucción: Las poblaciones afectadas requieren no solo asistencia inmediata, sino inversión en reconstrucción resistente al clima, mejoras en drenaje urbano, estabilización de laderas y modernización de redes eléctricas.
- Coordinación multilateral y ayuda internacional: A pesar de que Filipinas aún no ha solicitado ayuda internacional formal, EE.UU. y Japón han manifestado estar listos para colaborar. La magnitud del desastre lo podría hacer necesario.
El paso del supertifón Fung-wong representa otro duro golpe para Filipinas, país que ya navegaba en aguas turbulentas por el reciente tifón Kalmaegi. Con vientos devastadores, lluvias torrenciales y evacuaciones masivas, la catástrofe se agrava al golpear una nación en fase de recuperación.
Este suceso no solo demanda respuestas inmediatas de emergencia, sino también un replanteamiento de cómo se preparan las naciones vulnerables frente a la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos. En Filipinas, como en muchos otros lugares, el desafío está en asegurar que los esfuerzos de reconstrucción no sean solo reactivos, sino transformadores.
El tifón ya pasó, pero su impacto humano, económico y estructural apenas comienza a contarse.
Fuente: www.theglobeandmail.com
Foto: Google fotos