THE LATIN VOX (14 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Elon Musk, el multimillonario empresario, ha dado un ultimátum a OpenAI: abandonará su oferta de $97,4 mil millones si la organización decide seguir adelante con su plan de convertirse en una empresa con fines de lucro. La disputa entre Musk y OpenAI, que él mismo ayudó a fundar hace más de una década, ha dado un giro inesperado con esta nueva amenaza.
En un reciente comunicado enviado a un tribunal californiano, los abogados de Musk indicaron que el empresario está dispuesto a retirar su propuesta de adquisición si OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, preserva su misión original como organización benéfica.
«Si la junta de OpenAI está dispuesta a preservar la misión de la organización benéfica y se compromete a retirar el cartel de ‘se vende’ de sus activos al detener su conversión, Musk retirará la oferta», dijeron los abogados en su declaración. «De lo contrario, la organización benéfica debe ser compensada por lo que un comprador independiente pagaría por sus activos».
Esta oferta surge después de que Musk y un grupo de inversores presentaran su propuesta para adquirir la participación mayoritaria de OpenAI en su filial con fines de lucro, en una movida que ha reavivado un conflicto que viene gestándose desde hace años.
OpenAI, aunque originalmente fundada como una organización sin fines de lucro, ha tenido un crecimiento vertiginoso en el sector de la inteligencia artificial, lo que ha generado tensiones sobre su futuro corporativo. El año pasado, la compañía reveló planes para modificar su estructura corporativa y convertirse en una entidad con fines de lucro.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, fue tajante al rechazar la oferta de Musk, asegurando en un post en redes sociales que la empresa no está a la venta. En un evento reciente en París, Altman reafirmó esta postura, asegurando que la organización seguiría fiel a su misión sin fines de lucro. Por su parte, el presidente de la junta de OpenAI, Bret Taylor, también respaldó estas declaraciones.
La relación entre Musk y Altman ha sido tensa desde los primeros días de OpenAI. Ambos fundaron la empresa en 2015, pero sus diferencias sobre el liderazgo los llevaron a una amarga disputa que culminó con la renuncia de Musk a la junta en 2018. Desde entonces, los dos han tenido un enfrentamiento legal constante, con Musk demandando, retirando sus demandas y volviendo a presentar nuevos casos en 2024.
Musk no ha tardado en arremeter nuevamente contra Altman, acusando su gestión de ser un reflejo de cómo una organización sin fines de lucro dedicada a la protección del Amazonas se transformaría en una «empresa maderera que talaría los árboles».
En respuesta, Altman ha señalado que las acciones legales de Musk están impulsadas por su propio interés como fundador de una empresa competidora, xAI, que también está desarrollando inteligencia artificial.
En paralelo, Musk ha solicitado a un juez federal de California que bloquee la conversión de OpenAI en una empresa con fines de lucro, alegando incumplimiento de contrato y posibles violaciones antimonopolio. Sin embargo, el juez ha expresado dudas sobre algunos de los argumentos de Musk, aunque aún no ha emitido una decisión definitiva.
Este enfrentamiento entre Musk y OpenAI no solo tiene implicaciones para la industria de la inteligencia artificial, sino que también plantea preguntas sobre la dirección futura de las empresas tecnológicas y su responsabilidad social.
Mientras Musk insiste en que su oferta busca salvaguardar la misión original de OpenAI, Altman y otros en la empresa defienden la necesidad de adaptarse a un modelo de negocio más rentable para poder competir en el competitivo mercado global de la inteligencia artificial.
El desenlace de este conflicto podría marcar un punto de inflexión en cómo se estructura y regula la inteligencia artificial en los próximos años, especialmente si Musk logra hacerse con el control de la organización o si OpenAI logra mantenerse independiente de su oferta.
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