THE LATIN VOX (23 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Elon Musk, el hombre más rico del mundo y CEO de Tesla y SpaceX, ha lanzado un feroz ataque contra el sistema judicial de Estados Unidos después de que una serie de jueces fallaran en contra de su proyecto de reestructuración gubernamental conocido como Doge.
Esta iniciativa, que ha desmantelado varias agencias federales y ha generado numerosas demandas legales, ha enfrentado una creciente resistencia judicial, lo que ha enfurecido al multimillonario.
En una serie de publicaciones en su red social X, Musk acusó a los jueces que se oponen a su programa de ser “activistas de izquierda” y los calificó de ser responsables de un “golpe judicial”.
En sus declaraciones, Musk hizo un llamado a los legisladores para que impugnaran a los jueces y los destituyeran, considerando que sus decisiones eran una amenaza para la democracia y el orden constitucional de Estados Unidos.
«Un golpe judicial», afirma Musk
Musk se mostró particularmente irritado después de que un juez federal en Maryland dictaminara que la desactivación de USAID (la agencia que proporciona la mayor fuente de ayuda humanitaria mundial) por parte de Doge era probablemente inconstitucional.
Este fallo ordenó detener las despedidas de empleados y restaurar su acceso a sistemas informáticos críticos. Musk, quien desempeña el rol de asesor del presidente Donald Trump, también respondió a las decisiones judiciales argumentando que “los jueces activistas deben ser destituidos”, lo que avivó aún más el conflicto entre la administración Trump y el poder judicial.
«Esto es un golpe judicial», publicó Musk el miércoles en X, pidiendo a los legisladores que “impeachen a los jueces”. Este tipo de ataques no es nuevo; en el pasado, Trump también ha criticado a jueces que fallaron en su contra, sobre todo en temas relacionados con sus negocios o sus políticas migratorias.
El choque entre el poder judicial y la administración Trump
El enfrentamiento entre la administración Trump y el poder judicial ha alcanzado niveles sin precedentes.
A medida que se intensifican los conflictos, la respuesta de los jueces ha sido clara. John Roberts, presidente del Tribunal Supremo de EE. UU., emitió una rara declaración pública defendiendo la independencia del poder judicial, afirmando que el impeachment de jueces por desacuerdos con decisiones judiciales no es apropiado.
Musk, sin embargo, desestimó las palabras de Roberts, calificando sus declaraciones de «abuso extremo del sistema legal por parte de activistas disfrazados de jueces».
La reacción de Musk no se limitó a las redes sociales. Según informes, el multimillonario ha destinado parte de su fortuna a apoyar a legisladores republicanos que están en favor de destituir a los jueces que se oponen a la agenda de Doge.
Además, Musk lanzó una campaña de recaudación de fondos, ofreciendo $100 a los votantes registrados en Wisconsin a cambio de firmar una petición en contra de los «jueces activistas».
Esta estrategia forma parte de un intento más amplio de Musk por moldear el sistema judicial estadounidense a su favor, al igual que Trump ha intentado hacerlo en el pasado.
El impacto de Doge y la oposición legal
Doge, que comenzó con un recorte drástico de personal en agencias federales y el acceso a datos sensibles del gobierno, se enfrenta a numerosas demandas legales.
Estas han sido interpuestas por grupos laborales, organizaciones de vigilancia y exempleados del gobierno, quienes acusan que la iniciativa de Musk ha operado sin la autoridad legal adecuada y ha violado leyes de privacidad y transparencia.
A pesar de que las decisiones judiciales no han sido tan rápidas como la velocidad con la que Musk ha implementado los cambios, las demandas judiciales empiezan a poner obstáculos significativos para su plan de reestructuración del gobierno.
Un juez en Maryland ordenó que se detuvieran los despidos masivos en Doge y que los empleados afectados recuperaran el acceso a los sistemas de la Administración de Seguridad Social.
Además, un fallo reciente también obligó a la administración Trump a restaurar a los trabajadores que fueron despedidos en 18 agencias federales y forzó a Musk a entregar documentos internos sobre las operaciones de Doge.
Musk busca emular el modelo de El Salvador
La defensa de Musk a su propuesta de reestructuración del poder judicial estadounidense ha encontrado eco en figuras internacionales que también han desafiado a sus sistemas judiciales.
Musk, quien ha elogiado al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, por sus esfuerzos para debilitar el poder judicial en su país, ha señalado que EE. UU. podría aprender de la experiencia salvadoreña.
Bukele, quien en 2021 destituyó a todos los jueces de la Corte Suprema de El Salvador, ha sido un defensor abierto de la modificación de las instituciones judiciales, lo que ha generado alarmas sobre un posible giro hacia el autoritarismo. Musk, al igual que Bukele, ha sugerido que para restaurar el «poder del pueblo» en EE. UU., se necesitaría una reestructuración radical del poder judicial.
Un futuro incierto para el sistema judicial estadounidense
Las declaraciones y acciones de Musk reflejan un momento crítico en la política estadounidense. Si bien sus ataques a los jueces y sus intentos de influir en el poder judicial pueden ser vistos como una estrategia para ganar apoyo político, también dejan entrever una creciente confrontación con las instituciones legales del país.
Con una serie de demandas legales que continúan creciendo, el futuro de Doge y la reestructuración que Musk busca implementar siguen siendo inciertos, pero lo que está claro es que el choque entre el poder judicial y los intereses políticos de Musk podría redefinir las dinámicas de poder en EE. UU. en los próximos años.
Crédito fotográfico: Andrew Harnik/Getty