
THE LATIN VOX (25 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El esperado despegue de Starship, el cohete más poderoso jamás construido por SpaceX, fue cancelado en el último minuto ayer domingo por la tarde debido a un problema técnico en los sistemas de tierra, según informó la compañía en un breve comunicado en redes sociales.
La suspensión deja en entredicho el ambicioso cronograma de Elon Musk para alcanzar la Luna y, eventualmente, llevar colonos a Marte.
Se trataba del décimo intento de lanzamiento del Starship, un vehículo de 123 metros de altura —más grande y potente que el legendario Saturn V de la NASA— concebido como nave totalmente reutilizable.
De sus nueve pruebas anteriores desde 2023, la mayoría terminaron en explosiones espectaculares que esparcieron restos desde el Caribe hasta el océano Índico.
Entre explosiones y sueños interplanetarios
El ensayo previsto para la noche del domingo, desde la base Starbase en Boca Chica (Texas), tenía como objetivo probar el despliegue de satélites simulados de la red Starlink y continuar los ensayos sobre la recuperación de componentes.
SpaceX ha introducido nuevos materiales resistentes al calor y modificaciones técnicas tras un “catastrófico” fallo en junio que destruyó un prototipo durante pruebas en tierra.
El proyecto Starship es la piedra angular de la visión de Musk: un sistema capaz de realizar viajes regulares a Marte a partir de 2026 —inicialmente sin tripulación— y transportar astronautas antes de que finalice la década. A largo plazo, el magnate planea establecer una ciudad autosuficiente en el planeta rojo en un horizonte de dos a tres décadas.
Progreso limitado, ambiciones descomunales
Hasta ahora, solo cuatro lanzamientos de Starship se consideran parcialmente exitosos. La empresa ha logrado avances en la recuperación del propulsor Super Heavy, atrapado en ocasiones por un gigantesco par de brazos robóticos apodados “los palillos chinos”.
Sin embargo, aún no ha conseguido que la etapa superior regrese de manera segura a su base de lanzamiento, requisito esencial para la certificación de vuelos tripulados.
Expertos aeroespaciales advierten que, antes de pensar en colonizar Marte, SpaceX debe demostrar que puede realizar vuelos suborbitales y reentradas atmosféricas sin pérdidas catastróficas. “Es un proyecto de una magnitud sin precedentes, pero todavía estamos en una fase experimental con riesgos muy altos”, señaló un analista del sector en Houston.
Entre política, negocios y medioambiente
Más allá de los desafíos técnicos, Musk enfrenta presiones políticas y ambientales. Grupos ecologistas han expresado preocupación por el impacto de las pruebas en ecosistemas sensibles de Texas, México y Hawái. Paralelamente, el expresidente Donald Trump prometió flexibilizar regulaciones para acelerar los permisos de lanzamiento, un gesto que favorecería tanto a Musk como a otros multimillonarios del sector espacial, incluido Jeff Bezos.
A los ojos de los inversores, este ensayo fallido también se interpreta como una prueba de fuego para Musk, quien recientemente dejó un controvertido cargo gubernamental en Washington y ahora asegura querer concentrarse en sus negocios principales: los autos eléctricos y la exploración espacial.
¿Un tropiezo o un paso atrás en la carrera espacial privada?
La cancelación de este lanzamiento no implica el fin del proyecto, pero sí añade incertidumbre al cronograma. SpaceX no ha anunciado una nueva fecha para el intento, aunque los ingenieros ya trabajan en diagnosticar y resolver la falla de los sistemas de apoyo en tierra.
El sueño de Musk de conquistar Marte sigue intacto, aunque cada retraso pone en evidencia la enorme distancia que aún existe entre la visión futurista y la realidad tecnológica.
Crédito fotográfico: UPI