Encuentro inesperado con una ballena jorobada deja a varios pasajeros heridos en un tour de avistamiento en la Columbia Británica

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THE LATIN VOX (25 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.  

Un paseo turístico habitual de avistamiento de ballenas en las aguas de Howe Sound, cerca de Vancouver, terminó con un sobresalto considerable: una embarcación de la compañía Prince of Whales realizó una maniobra de emergencia para evitar una colisión con una ballena jorobada que emergió de forma imprevista al paso del barco. El brusco viraje provocó que varios pasajeros perdieran el equilibrio y resultaran heridos. Tres de ellos necesitaron atención médica al regresar a puerto.

Qué ocurrió exactamente

  • Según un comunicado de la empresa, el incidente tuvo lugar el jueves en las aguas de Howe Sound. Mientras el barco operaba normalmente, una jorobada (una especie protegida de cetáceo) emergió súbitamente frente a la proa. La tripulación reaccionó con rapidez y ejecutó una “maniobra decisiva” para evitar la colisión.
  • Aunque el contacto fue calificado como “mínimo” por la empresa que señaló que el barco tocó ligeramente a la ballena, el abrupto movimiento del barco provocó que varios pasajeros cayeran al piso. Tres personas fueron trasladadas para recibir atención médica mayor una vez arribaron a Vancouver.
  • Las autoridades federales, en concreto Fisheries and Oceans Canada (Pesca y Océanos de Canadá) y la Guardia Costera, fueron notificadas inmediatamente. Según su informe, la ballena fue vista emergiendo tres veces después del incidente, y no presentaba heridas visibles.

Contexto: la jorobada y la navegación turística en la zona

Howe Sound es una vía marítima muy utilizada por la industria del turismo de naturaleza en la provincia de Columbia Británica. En otoño, cientos de ballenas jorobadas migran o se concentran en la región, lo que ha convertido al área en un destino premium para tours de avistamiento.
No obstante, estos encuentros también implican riesgos. La normativa canadiense exige precauciones específicas para proteger a los cetáceos por ejemplo, mantener una distancia segura, no realizar maniobras bruscas cerca de ellos, pero incluso con medidas, los encuentros pueden volverse peligrosos por la naturaleza imprevisible del animal y su entorno acuático.

Factores que incrementan la complejidad del incidente

  1. Velocidad y maniobrabilidad limitada: Aunque el barco era de turismo y no de gran velocidad, un viraje fuerte en el mar provoca desplazamientos bruscos del pasaje, lo que incrementa el riesgo de lesiones.
  2. Emergencia de la ballena: Las jorobadas pueden surgir repentinamente del agua con gran fuerza, ignorando la presencia de embarcaciones, lo cual genera un escenario que los guías no siempre pueden anticipar.
  3. Proximidad al ecosistema sensible: En zonas donde los cetáceos están presentes en gran número, la circulación de barcos de turismo crece cada temporada, y la combinación puede generar incidentes de este tipo.
  4. Obligación de notificación y cooperación: La empresa informó que cooperarían con las autoridades en la investigación, lo cual es esencial para determinar si se respetaron los protocolos de navegación segura y protección animal.

Repercusiones para los pasajeros, la empresa y las autoridades

Para los pasajeros

Aunque uno espera un tour de experiencia pacífica y disfrute de la naturaleza, un giro abrupto de la embarcación puede provocar lesiones físicas como golpes, fracturas, contusiones y también un impacto psicológico: la experiencia de peligro, aunque breve, puede dejar secuelas emocionales.
La empresa ofreció reembolsos completos a los pasajeros del tour, como medida de mitigación del impacto inmediato.

Para la empresa de turismo

El incidente pone en el centro la necesidad de revisar protocolos de seguridad y de navegación en espacios donde la vida marina interactúa con actividades humanas. Una revisión de procedimientos, entrenamiento de la tripulación, equipamiento de emergencia y comunicación al público serán clave para restaurar la confianza.
Además, desde un punto de vista legal y reputacional, la empresa deberá afrontar preguntas sobre si actuó con la diligencia necesaria en el contexto.

Para las autoridades ambientales y marítimas

El hecho reaviva el debate sobre cómo equilibrar turismo de naturaleza y conservación o seguridad de fauna silvestre. Las autoridades podrían implementar auditorías, exigir informes de incidentes relacionados con cetáceos, y reforzar normativa sobre las rutas y procedimientos de navegación de avistamiento.
También aparece la cuestión de la responsabilidad cuando hay “casi colisiones” con animales protegidos: ¿quién asume riesgos? ¿Cuáles son los límites de la interacción humana con ecosistemas vulnerables?

Escenarios futuros y lecciones clave

Escenario 1 – Ajustes operativos y refuerzo de protocolos
La empresa y la autoridad marítima implementan mejoras de inmediato: comunicaciones más claras con pasajeros sobre riesgos, menores velocidades en zonas de alto tránsito de cetáceos, mayor distancia de seguridad, formación más exhaustiva del personal. Esto puede prevenir que el incidente derive en daño mayor o mala prensa prolongada.

Escenario 2 – Investigación y posibles sanciones
Si la investigación determina fallas operativas, podría haber sanciones administrativas a la empresa o requisitos adicionales de supervisión. También podría afectar la licencia o los permisos de operación de avistamiento de cetáceos.

Escenario 3 – Impacto negativo en el turismo de naturaleza
Si se percibe que los tours de avistamiento no son seguros o que generan daños al ecosistema podría caer la demanda, lo que afectaría el modelo de negocio, las rutas y la economía local asociada al turismo de naturaleza marítima.

Lo que comenzó como una excursión con miras a disfrutar la majestuosidad de las jorobadas en el noroeste canadiense se convirtió en un recordatorio de que la naturaleza no siempre es previsible, y de que la convivencia entre el turismo humano y la fauna silvestre exige extremo cuidado. Tres personas heridas no son una tragedia mayor, pero el incidente tiene implicaciones que van más allá del propio barco: plantea preguntas sobre protocolos, responsabilidad, sostenibilidad del turismo y la protección de los animales marinos.

En la Columbia Británica, donde el turismo de vida silvestre marítima es un recurso clave, este episodio podría marcar un punto de inflexión. No tanto por la magnitud del daño, sino por lo que representa: una señal de que incluso en aguas prístinas y bajo un paseo aparentemente seguro, la naturaleza puede imponer sus reglas. Y para quienes la navegan como turistas, guías o reguladores, el mensaje es claro: la vigilancia, la preparación y el respeto por el entorno no son opcionales.

Fuente: www.castanet.net

Foto: Google fotos


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