El líder del Partido Conservador de Canadá, Erin O’Toole, reveló que el Servicio de Inteligencia de Seguridad de Canadá (CSIS) le informó que seguiría siendo objetivo de China en el futuro, debido a sus críticas al régimen comunista. O’Toole hizo estas declaraciones en una entrevista con el periódico The Globe and Mail, en la que también acusó al primer ministro Justin Trudeau de ser demasiado débil con China.
O’Toole dijo que recibió una sesión informativa del CSIS en 2019, cuando era el portavoz de asuntos exteriores de los conservadores. En esa ocasión, le dijeron que había sido víctima de una campaña de desprestigio por parte de agentes chinos en las redes sociales, que lo acusaban falsamente de ser racista y antiinmigrante. Según O’Toole, el CSIS le dijo que esta campaña era parte de una estrategia más amplia de China para influir en la política canadiense y silenciar a los críticos.
O’Toole afirmó que no tiene miedo de enfrentarse a China y que, si llega a ser primer ministro, adoptará una postura más firme para defender los intereses y los valores de Canadá. Entre sus propuestas, se encuentran imponer sanciones a los funcionarios chinos responsables de violaciones de derechos humanos, prohibir la participación de la empresa Huawei en la red 5G de Canadá y fortalecer las alianzas con otros países democráticos para contrarrestar la influencia china.
O’Toole también criticó a Trudeau por su manejo de la crisis diplomática con China, que se desató tras la detención de la ejecutiva de Huawei Meng Wanzhou en Vancouver en 2018, a petición de Estados Unidos. Desde entonces, China ha detenido arbitrariamente a dos ciudadanos canadienses, Michael Kovrig y Michael Spavor, y ha impuesto restricciones comerciales a varios productos canadienses. O’Toole acusó a Trudeau de ser ingenuo y complaciente con China, y de no haber hecho lo suficiente para liberar a los dos canadienses.
Trudeau, por su parte, ha defendido su política hacia China, diciendo que busca un equilibrio entre proteger los intereses nacionales y mantener un diálogo constructivo. Trudeau ha dicho que está trabajando con aliados internacionales para presionar a China por la liberación de Kovrig y Spavor, y que no cederá ante las amenazas o el chantaje. Trudeau también ha expresado su preocupación por la situación de los derechos humanos en Hong Kong, Xinjiang y el Tíbet, y ha pedido a China que respete las normas internacionales.