Escándalo en Kitchener: Robo de 8000 dólares en licores desata la ira del primer ministro Doug Ford

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THE LATIN VOX (27 de agosto del 2025).- Por Daniela Medina.

Un episodio que comenzó como un robo local se ha transformado en un tema de debate nacional en Canadá.

Seis individuos ingresaron a una tienda de la Liquor Control Board of Ontario (LCBO) en Kitchener y se retiraron cargando bolsas llenas de botellas de alcohol por un valor estimado de 8 000 dólares.

El hecho, ocurrido en plena luz del día y frente a las cámaras de seguridad, provocó una reacción inmediata y airada del primer ministro Doug Ford, quien no dudó en calificar a los autores como “una pandilla descarada de ladrones”.

Un robo que simboliza un problema mayor

De acuerdo con los reportes policiales, los sospechosos actuaron de forma coordinada: ingresaron juntos, llenaron bolsas con botellas de licor de alto valor y salieron sin pagar, ante la mirada atónita de empleados y clientes. El operativo fue tan rápido y organizado que la policía sospecha que no se trata de un hecho aislado, sino de una red que podría estar vinculada a robos múltiples en Ontario.

Este tipo de incidentes no son nuevos para la LCBO. De hecho, en los últimos cinco años, la corporación provincial de licores se ha convertido en blanco frecuente de redes organizadas de hurto, con pérdidas millonarias.

La reacción de Doug Ford: “Una pandilla descarada de ladrones”

El primer ministro de Ontario, Doug Ford, aprovechó una conferencia de prensa en Toronto para condenar con dureza el robo:

“Esto es inaceptable. Estamos hablando de una pandilla descarada de ladrones que entraron y se llevaron lo que quisieron. No podemos permitir que estos delitos se conviertan en algo común. Vamos a actuar”, declaró Ford.

El mandatario provincial no solo denunció la audacia del crimen, sino que exigió acciones más contundentes de la policía y del sistema judicial para garantizar que los responsables enfrenten consecuencias reales. Para Ford, el problema trasciende lo anecdótico y refleja una tendencia nacional alarmante: el aumento de los robos organizados en el sector minorista.

Un problema en crecimiento: del hurto simple al crimen organizado

Los datos respaldan las preocupaciones del primer ministro. Según estadísticas de la Retail Council of Canada, el robo en tiendas le cuesta a los minoristas canadienses más de 5 000 millones de dólares anuales. La LCBO, en particular, ha sido un blanco constante:

  • En 2024, la Policía Regional de Peel desmanteló una red que había robado más de 237 000 dólares en licores en 50 tiendas de Ontario.
  • En Stratford, otra banda sustrajo 5 000 dólares en botellas de whisky y vodka en un solo operativo.
  • En Toronto, algunas sucursales de la LCBO llegaron a reportar hasta 18 robos por semana antes de que se reforzaran los sistemas de seguridad.

La tendencia es clara: el hurto aislado ha dado paso a operaciones sistemáticas, muchas veces vinculadas con el crimen organizado, que revende los productos en el mercado negro o incluso a través de plataformas digitales.

Impacto en la sociedad: miedo, frustración y desconfianza

El efecto de estos robos va más allá de las pérdidas económicas. Los empleados de la LCBO han denunciado sentirse intimidados y desprotegidos. Muchos de ellos reciben instrucciones de no intervenir directamente para evitar riesgos de violencia, lo que genera frustración.

Clientes frecuentes también se han mostrado preocupados. Una residente de Kitchener que fue testigo del robo comentó a medios locales:

“Fue surrealista. Simplemente entraron, llenaron bolsas y se fueron como si nada. Nadie pudo hacer nada. Te deja con la sensación de que vivimos en una sociedad sin consecuencias.”

El debate político: seguridad vs. libertades

El incidente en Kitchener se produce en un momento en que el gobierno provincial y los minoristas discuten nuevas medidas de seguridad. Entre las propuestas sobre la mesa figuran:

  • Instalación de guardias armados en tiendas LCBO de alto riesgo.
  • Refuerzo de cámaras y sistemas de reconocimiento facial.
  • Sanciones más severas para delitos de robo organizado.
  • Colaboración interprovincial para rastrear redes criminales.

Sin embargo, defensores de libertades civiles han advertido sobre los riesgos de un excesivo control estatal y vigilancia masiva en espacios públicos. El dilema abre un debate complejo sobre cómo equilibrar seguridad y derechos ciudadanos.

Un reflejo de una tendencia global

El problema no es exclusivo de Ontario ni de Canadá. En ciudades como San Francisco, Nueva York o Londres, las cadenas de tiendas minoristas han debido cerrar locales completos debido a pérdidas millonarias por robos organizados.

  • En Estados Unidos, Target cerró 9 sucursales en 2023 alegando que los robos coordinados habían vuelto insostenible la operación en ciertas zonas urbanas.
  • En el Reino Unido, el sindicato de trabajadores minoristas advirtió en 2024 que el robo se había duplicado en cinco años, vinculándose a bandas internacionales.

El caso de Kitchener, por tanto, no es un hecho aislado, sino parte de un fenómeno que afecta a las economías desarrolladas en su conjunto.

Un robo con eco nacional

El robo de 8 000 dólares en botellas de alcohol en Kitchener ya no es visto como un simple crimen local, sino como un símbolo de la crisis de seguridad minorista que enfrenta Canadá. La airada reacción de Doug Ford ha puesto el tema en el centro de la agenda pública y ha reabierto un debate nacional:

  • ¿Está preparado Canadá para enfrentar la evolución del hurto hacia redes organizadas?
  • ¿Cómo proteger a los trabajadores y consumidores sin sacrificar libertades individuales?
  • ¿Hasta qué punto este fenómeno refleja un cambio social más amplio, marcado por la inflación, la desigualdad y la pérdida de confianza en la justicia?

Fuente: CTV News

Foto: CTV News


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