La temporada invernal de virus en Estados Unidos ha alcanzado niveles alarmantes, convirtiéndose en la más intensa en 15 años según indicadores clave. De acuerdo con datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el porcentaje de consultas médicas por síntomas gripales ha superado los picos de cualquier otra temporada desde 2009-2010.
Aunque otros virus respiratorios pueden confundirse con la gripe, las proyecciones del CDC indican que los casos de COVID-19 están en declive, al igual que las infecciones por el virus respiratorio sincitial (RSV) a nivel nacional.
Los efectos de esta fuerte oleada de gripe han sido notorios en diversas partes del país. En Texas, el distrito escolar independiente de Godley, con 3,200 estudiantes, se vio obligado a cerrar durante tres días la semana pasada debido a la alta cantidad de ausencias.
Según Jeff Meador, portavoz del distrito, la gran mayoría de los casos han sido de gripe, además de algunos de faringitis estreptocócica, lo que considera la peor temporada de gripe que recuerda. Según estimaciones del CDC, hasta la fecha se han registrado al menos 24 millones de casos de gripe, 310,000 hospitalizaciones y 13,000 muertes, entre ellas al menos 57 niños.
La enfermedad ha afectado con mayor intensidad al sur, suroeste y oeste del país, con 43 estados reportando altos o muy altos niveles de actividad gripal.
A pesar del impacto de la gripe, la cobertura de vacunación se mantiene estancada o a la baja.
Aproximadamente el 44% de los adultos se han vacunado contra la gripe esta temporada, una cifra similar a la del año pasado. Sin embargo, la cobertura infantil ha disminuido notablemente, situándose en un 45%, cuando normalmente ronda el 50%. La tasa de vacunación contra el COVID-19 también sigue siendo baja: sólo el 23% de los adultos y el 12% de los niños estaban al día con sus dosis al cierre de enero.
Los expertos en salud siguen recomendando la vacunación para todas las personas mayores de seis meses, pero también enfatizan la importancia de medidas preventivas como el lavado de manos, la desinfección de superficies y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
La eficacia de la vacuna contra la gripe de esta temporada aún no ha sido reportada por el gobierno, mientras que los funcionarios de salud vigilan de cerca una tercera cepa, la gripe aviar H5N1, que ha causado estragos en millones de animales, aunque sólo se han registrado 67 casos en humanos en Estados Unidos.