En un movimiento estratégico no revelado públicamente, Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania misiles de largo alcance para su uso en el conflicto en curso con Rusia. Según un funcionario estadounidense que prefirió mantener el anonimato, estas armas forman parte de un paquete de ayuda militar valorado en 300 millones de dólares aprobado por el presidente Joe Biden el 12 de marzo.
Los misiles, que han sido enviados en las últimas semanas, ya han sido utilizados en dos ocasiones por Ucrania. El primer uso registrado fue en las primeras horas del 17 de abril, cuando se lanzaron contra un aeródromo militar ruso en Crimea, a unos 165 kilómetros de las líneas del frente ucranianas. La segunda vez fue durante la noche contra fuerzas rusas en el sureste de Ucrania.
La decisión de enviar los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS) con un alcance de hasta 300 kilómetros fue objeto de debate dentro de la administración de Biden durante meses. Aunque inicialmente el Pentágono se opuso a la implementación de misiles de largo alcance por temor a que afectara la preparación militar de Estados Unidos y la preocupación de que Ucrania los utilizara para atacar objetivos dentro de Rusia, la situación cambió.
El cambio de postura se debió, en parte, a la utilización por parte de Rusia de misiles balísticos de largo alcance suministrados por Corea del Norte contra Ucrania en diciembre y enero, a pesar de las advertencias públicas y privadas de Estados Unidos de no hacerlo. Además, influyó el ataque ruso a la infraestructura crítica de Ucrania.
Finalmente, en febrero, Biden se reunió con su equipo de seguridad nacional y acordó aceptar la recomendación unánime de sus asesores para enviar los misiles a Ucrania.