En un movimiento que ha resonado a través de los pasillos de las Naciones Unidas, Estados Unidos ha ejercido su poder de veto para bloquear la iniciativa palestina de obtener la membresía plena en la organización mundial. La resolución, que contó con un amplio apoyo en el Consejo de Seguridad, fue vetada por Estados Unidos, a pesar de haber recibido votos favorables de doce de sus miembros.
La propuesta, que buscaba la recomendación del Consejo de Seguridad para que la Asamblea General considerara la solicitud palestina, encontró un obstáculo insuperable en la oposición estadounidense. El representante adjunto de EE. UU. ante la ONU, Robert Wood, argumentó que la única vía hacia la creación de un Estado palestino es a través de negociaciones directas entre israelíes y palestinos.
Este veto se produce en un contexto de tensiones continuas, marcado por más de seis meses de bombardeos en la Franja de Gaza, que han resultado en una crisis humanitaria de proporciones alarmantes. La posición de Estados Unidos ha sido interpretada por algunos analistas como un reflejo de su política de “mi manera o la carretera” con respecto a los palestinos, sacrificando la libertad del pueblo palestino por intereses estrechos y egocéntricos,
Actualmente, Palestina posee el estatus de observador no miembro en la ONU, y para ascender a miembro pleno, su solicitud debe ser aprobada primero por el Consejo de Seguridad y luego por al menos dos tercios de la Asamblea General. La negativa de Estados Unidos a la resolución pone de manifiesto la complejidad de la geopolítica en la región y las dificultades que enfrenta el pueblo palestino en su búsqueda de reconocimiento y autodeterminación en el escenario mundial.