
THE LATIN VOX (01 de Noviembre del 2025).- Por Daniela Medina.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció la designación de Nigeria como “país de especial preocupación” (“Country of Particular Concern”, CPC) por supuestas violaciones graves de la libertad religiosa, señalando que los cristianos nigerianos enfrentan una “amenaza existencial”. Además, amenazó con suspender toda ayuda militar y diplomática estadounidense al país africano si el gobierno de Bola Ahmed Tinubu no actúa para detener lo que él describe como “asesinato de miles de cristianos por islamistas radicales”.
En un tuit publicado en su plataforma Truth Social, Trump declaró:
“Christianity is facing an existential threat in Nigeria. Radical Islamists are responsible for this mass slaughter. I am hereby making Nigeria a ‘COUNTRY OF PARTICULAR CONCERN’.”
Agregó que el Pentágono ya ha sido instruido para prepararse “para una posible acción militar rápida” si la situación no cambia y advirtió que EE. UU. “detendrá inmediatamente toda ayuda si Nigeria permite que sigan matando cristianos”.
Contexto de fondo: ¿qué ocurre en Nigeria?
Nigeria es un país de más de 220 millones de habitantes con una composición religiosa compleja: aproximadamente la mitad de la población es musulmana y la otra mitad cristiana, con diferencias regionales marcadas (norte mayoritariamente musulmán, sur mayoritariamente cristiano)
El país lleva años luchando con múltiples tipos de violencia: insurgencia de grupos como Boko Haram e ISWAP, conflictos entre pastores fulani y agricultores, disputas por recursos y enfrentamientos étnico-religiosos en la llamada “Middle Belt”. En muchos de esos enfrentamientos tanto cristianos como musulmanes han sido víctimas
Sin embargo, la declaración de Trump pone especial énfasis en los cristianos como víctimas de una política sistemática de persecución, algo que el gobierno nigeriano ha negado. El presidente Tinubu afirmó que la caracterización de Nigeria como un país que tolera la persecución religiosa “no refleja nuestra realidad nacional” y subrayó que la tolerancia religiosa está consagrada en la Constitución.
¿Qué implica la designación de Nigeria como “país de especial preocupación”?
La etiqueta CPC otorga al gobierno estadounidense la facultad de imponer sanciones, condicionar ayuda o aplicar restricciones diplomáticas. Si bien la designación no conlleva automáticamente medidas, crea un nuevo marco de presión sobre Nigeria
Trump fue más allá al anunciar que se está preparando para “acción militar”, lo que abre un escenario aún más delicado en la relación bilateral:
- Suspensión inmediata de ayuda militar o económica si no se actúa.
- Amenaza de intervención directa: “rápido, feroz y dulce” como describió Trump la posible ofensiva, si el gobierno nigeriano no reacciona.
Motivos, críticas y ambigüedades
Motivos invocados por EE. UU.
- Trump y sus aliados protestan la muerte de miles de cristianos en ataques atribuidos a extremistas islámicos y comunidades de pastores fulani.
- Argumentan que Nigeria no hace lo suficiente para proteger minorías cristianas, lo que justificaría la intervención del mundo libre bajo el paraguas de la libertad religiosa.
Críticas al enfoque
- Expertos señalan que muchos de los ataques no tienen motivación exclusivamente religiosa: la competencia por tierra, el agua y la ganadería también son factores fundamentales. Al Jazeera+1
- Nigeria considera que la acusación es parcial e ignora que musulmanes también sufren violencia en el norte y que el hecho de que haya cristianos víctimas no prueba una política de persecución sistemática estatal.
- La política estadounidense podría verse como instrumentalizada para ganar apoyo entre el electorado cristiano conservador de EE. UU., lo que genera críticas de que se trata más de retórica que de una política internacional equilibrada.
Repercusiones para la diplomacia y la seguridad
Para Nigeria
- Aumento de la tensión diplomática con EE. UU., uno de sus aliados clave, lo que podría afectar cooperación militar, compra de armas, intercambio de inteligencia y programas conjuntos de seguridad.
- Riesgo de sanciones o reducción de ayuda económica/militar, lo que podría debilitar aún más la capacidad del gobierno para enfrentar insurgencias y garantizar seguridad interna.
- Presión interna: el gobierno tendrá que demostrar a su población que protege a todas las comunidades y al mismo tiempo gestionar su soberanía frente a amenazas externas.
Para EE. UU.
- Potencial despliegue militar o intervenciones indirectas con lo cual EE. UU. se implica más profundamente en África Occidental, bajo una justificación de derechos humanos y libertad religiosa.
- Compromiso de alinear la política exterior con la agenda de “protección de cristianos perseguidos”, lo que puede complicar relaciones con países de mayoría musulmana o con gobiernos sensibles a la injerencia externa.
- Riesgo de ser acusado de intervencionismo selectivo si no atiende a otros grupos perseguidos o no aplica un criterio coherente.
Escenarios hacia adelante
- Escenario de escalada diplomática y sanciones: EE. UU. impone restricciones de ayuda, Nigeria responde con alianzas alternativas (con China o Rusia) y la relación bilateral entra en un ciclo de deterioro.
- Escenario de mediación y compromiso: Nigeria acepta colaborar con EE. UU. en marcos de monitoreo de libertad religiosa, se implementan programas de protección y la tensión se modera.
- Escenario de intervención militar o paramilitar: Aunque menos probable, la amenaza de Trump abre la puerta a movilización militar, lo que podría generar resistencia local, perder legitimidad internacional y provocar brotes de violencia aún mayores.
La declaración de Donald Trump sobre Nigeria marca un momento crítico para las relaciones internacionales en África Occidental. La acusación de persecución cristiana, la designación como “país de especial preocupación” y la amenaza de suspender ayuda o intervenir militarmente son señales de que EE. UU. está dispuesto a reconfigurar sus alianzas según criterios de libertad religiosa y seguridad.
Para Nigeria, la respuesta no será únicamente de índole diplomática: se trata de controlar grupos insurgentes, manejar tensiones étnico-religiosas y simultáneamente preservar su soberanía ante presiones externas.
Este episodio ilustra cómo los conflictos locales como los de pastores fulani, agricultores cristianos o Boko Haram pueden convertirse rápidamente en asuntos de política global, especialmente cuando se articulan con narrativas de persecución, derechos humanos y estrategia internacional.
En última instancia, la pregunta que queda es: ¿cómo podrá Nigeria conjugar seguridad, diversidad religiosa y soberanía frente a una potencia extranjera que exige acción inmediata, y qué dice esto de la nueva era de la diplomacia estadounidense?
Fuente: www.cbc.ca
Foto: google fotos