
El 24 de febrero de 2025, en una sorprendente maniobra diplomática, Estados Unidos votó junto a Rusia en dos resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas relacionadas con el conflicto en Ucrania. Esta acción marca un cambio significativo en la postura estadounidense respecto a la crisis ucraniana.
La primera resolución, presentada por Rusia, pedía el cese inmediato de las hostilidades en el este de Ucrania y el inicio de negociaciones directas entre el gobierno ucraniano y los líderes separatistas prorrusos. Estados Unidos respaldó esta resolución, argumentando la necesidad de una solución pacífica y negociada al conflicto.
La segunda resolución, propuesta por Estados Unidos, instaba al levantamiento de ciertas sanciones económicas impuestas a Rusia tras la anexión de Crimea en 2014. Según fuentes diplomáticas, la administración estadounidense considera que aliviar algunas sanciones podría fomentar la cooperación rusa en la resolución del conflicto ucraniano.
Estas decisiones han generado reacciones mixtas en la comunidad internacional. Mientras algunos países europeos expresan preocupación por un posible debilitamiento de la posición occidental frente a Rusia, otros ven en este acercamiento una oportunidad para avanzar hacia la paz en la región.