En medio de las protestas estudiantiles relacionadas con el conflicto entre Israel y Hamas, que han surgido en numerosos campus universitarios de Estados Unidos, algunas instituciones han tomado medidas para desmantelar los campamentos de protesta debido a acusaciones de antisemitismo. La cifra de muertos en la guerra de Gaza sigue aumentando, y los manifestantes en todo el país exigen que las universidades corten sus lazos financieros con Israel y desinviertan en empresas que, según ellos, contribuyen al conflicto.
Algunos estudiantes judíos han expresado que las protestas han derivado en actos antisemitas, lo que les ha generado temor para transitar por los campus. En respuesta, las autoridades universitarias han intervenido en algunos casos. Por ejemplo, en la Universidad Northeastern en Boston, la policía, equipada con equipo antidisturbios, desalojó un campamento de protesta el sábado temprano. Alrededor de 102 manifestantes que se negaron a dispersarse fueron arrestados y enfrentarán cargos por allanamiento y conducta desordenada. La universidad declaró que el campamento, que había comenzado dos días antes, había sido “infiltrado por organizadores profesionales” sin afiliación a la institución, y que se habían utilizado insultos antisemitas, incluyendo la frase “matar a los judíos”.
De manera similar, la Universidad de Pensilvania también tomó medidas el viernes. El presidente interino, J. Larry Jameson, instó a que se disolviera un campamento de protesta en el campus de Filadelfia, argumentando que violaba las políticas de instalaciones de la universidad. Aunque alrededor de 40 tiendas de campaña permanecieron en su lugar el sábado por la mañana, se consideró que los comentarios y acciones hostiles e intimidantes de algunos manifestantes infringían las directrices de expresión abierta de la institución, así como las leyes estatales y federales. Además, un acto de vandalismo en una estatua con grafitis antisemitas fue calificado como un crimen de odio y se encuentra bajo investigación.
En respuesta a la declaración del presidente de la universidad, un grupo de profesores expresó su profunda preocupación, argumentando que las acusaciones carecían de sustento y que no habían presenciado violencia real o amenazas de violencia durante la protesta. Afirmaron que las manifestaciones contra la guerra, aunque emocionales, no habían involucrado actos violentos hacia individuos en el campus.
Estas protestas, que han cobrado fuerza en los últimos siete meses desde el inicio de la guerra en Gaza, también han trascendido las fronteras de Estados Unidos. En Berlín, activistas han establecido un campamento frente al parlamento alemán para exigir que el gobierno deje de exportar armas a Israel.