THE LATIN VOX (8 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El cambio climático, al intensificar fenómenos meteorológicos extremos como sequías, tormentas y olas de calor, está incidiendo directamente en la migración ilegal entre México y Estados Unidos, según una investigación reciente publicada en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences«. El estudio sugiere que los efectos del clima extremo están forzando a más personas a arriesgar sus vidas al cruzar la frontera de manera ilegal, especialmente en regiones agrícolas de México donde la supervivencia depende en gran medida de las condiciones meteorológicas.
El ciclo de la sequía y la migración
El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Princeton, analizó datos meteorológicos diarios y respuestas a encuestas de más de 48,000 personas entre 1992 y 2018. Focalizándose en 84 comunidades agrícolas de México, principalmente aquellas dependientes del cultivo de maíz, el estudio concluye que las personas de zonas afectadas por sequías tienen más probabilidades de migrar hacia Estados Unidos, mientras que aquellas comunidades con lluvias regulares muestran tasas de migración más bajas.
«Las personas no toman la decisión de migrar a la ligera, pero cuando se enfrentan a la adversidad climática, se ven obligadas a hacerlo con mayor frecuencia y, además, a quedarse más tiempo en Estados Unidos», explicó Filiz Garip, socióloga de la Universidad de Princeton y una de las autoras del estudio. Según la investigación, las personas no solo se desplazan más fácilmente hacia el norte en respuesta a las sequías, sino que también son menos propensas a regresar a sus comunidades de origen cuando estas continúan siendo afectadas por el clima extremo.
Factores sociales y económicos en la migración
Si bien las sequías y otros eventos climáticos extremos tienen un impacto evidente en la migración, los factores sociales y económicos también desempeñan un papel crucial. Aquellos con mayor estabilidad financiera y quienes provienen de comunidades con una historia de migración tienen más probabilidades de cruzar la frontera en busca de mejores oportunidades. Las redes sociales y familiares, que proporcionan información y recursos, son un factor decisivo en este proceso.
Sin embargo, el estudio subraya que el cambio climático exacerba las desigualdades sociales. Las comunidades más vulnerables, que dependen de la agricultura de subsistencia, son las que más sufren los efectos del clima extremo, mientras que aquellas con mayores recursos tienen más posibilidades de adaptarse. Kerilyn Schewel, codirectora del Programa de Cambio Climático, Resiliencia y Movilidad de la Universidad de Duke, resalta que algunas de las personas más vulnerables no son aquellas desplazadas por el clima, sino las que no tienen los medios para moverse y se quedan atrapadas en comunidades devastadas por el clima.
El cambio climático como motor de la migración global
El cambio climático está acelerando la migración a nivel global. Según un informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, en los próximos 30 años, más de 143 millones de personas podrían ser desplazadas debido al aumento de los niveles del mar, la desertificación y las temperaturas extremas. México, con su población de casi 130 millones, es un caso particular debido a su vulnerabilidad a los efectos del cambio climático, especialmente en las zonas rurales que dependen de la agricultura.
La migración entre México y Estados Unidos, que representa el flujo migratorio internacional más grande del mundo, está siendo profundamente influenciada por estos factores climáticos. Con una proyección de aumento de la temperatura media anual en México de hasta 3 grados Celsius para 2060, las comunidades rurales podrían enfrentar una devastación económica significativa, lo que incrementaría aún más la migración hacia el norte.
Desafíos políticos y la negación del cambio climático
El estudio se publica en un contexto político delicado, en medio de la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Trump, conocido por calificar al cambio climático de «farsa», ha prometido aumentar las deportaciones de los aproximadamente 11 millones de migrantes indocumentados en el país. Sin embargo, los investigadores destacan que, mientras las políticas migratorias de los gobiernos avanzados buscan contener los flujos migratorios, los factores climáticos son un impulsor fundamental de la migración, y la negación del cambio climático no hace más que aumentar los riesgos asociados.
Una llamada a la acción global
El estudio subraya la necesidad urgente de reconocer el cambio climático como un factor central en las decisiones migratorias y de elaborar políticas que no solo aborden las migraciones en el contexto de la seguridad fronteriza, sino que también consideren las inequidades y vulnerabilidades que afectan a las comunidades más afectadas por el clima. La investigación también sugiere que, en lugares con una alta prevalencia de migración, como las zonas rurales de México, se podría predecir un aumento en los flujos migratorios debido a los choques climáticos.
El cambio climático es, por tanto, un fenómeno global que no solo está transformando el clima, sino que está redefiniendo las dinámicas migratorias, y las políticas internacionales deben adaptarse a esta nueva realidad para mitigar sus efectos sobre las poblaciones más vulnerables.
Crédito fotográfico: AP Photo/Moises Castillo