
THE LATIN VOX (4 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Cuando Brittany Ramsey comenzó a sufrir intensos episodios de vómitos incontrolables, pensó que se trataba de efectos secundarios de sus medicamentos para la diabetes.
Sin embargo, tras ser hospitalizada 29 veces en tres años, se enteró de una condición médica que hasta entonces desconocía: el síndrome de hiperémesis cannabinoide (CHS, por sus siglas en inglés), un trastorno poco conocido, pero cada vez más frecuente, entre consumidores habituales de cannabis.
Ramsey, de 35 años, había fumado marihuana diariamente durante más de una década antes de empezar a experimentar síntomas de CHS: vómitos intensos, náuseas persistentes y alivio temporal únicamente al tomar duchas calientes, uno de los signos más distintivos del síndrome. “Una ambulancia tuvo que recogerme en plena carretera porque no podía llegar al hospital”, cuenta.
Este síndrome, descrito por primera vez en la literatura médica en 2004, está ahora generando preocupación en hospitales y centros de salud pública por su creciente prevalencia. Investigadores y defensores de la salud exigen que los consumidores sean informados sobre sus riesgos.
Aumento de casos en urgencias
Un estudio de 2022 del Instituto de Investigación del Hospital de Ottawa, publicado en JAMA, reveló que las visitas a salas de emergencia por CHS se multiplicaron por 13 entre 2014 y 2021 en Ontario, Canadá. El mayor aumento no se produjo inmediatamente tras la legalización del cannabis en 2018, sino después de la expansión del mercado minorista en 2020, coincidiendo con la pandemia de COVID-19.
Según Jamie Seabrook, epidemiólogo de la Universidad de Western Ontario, el CHS afecta principalmente a personas que han consumido cannabis varias veces por semana durante años. La creciente potencia del THC —el compuesto psicoactivo del cannabis— podría ser una de las causas detrás del aumento de casos.
“En los años 80, el THC tenía una concentración promedio del 3%. Hoy, algunos productos superan el 30% y los extractos pueden alcanzar hasta el 90%”, explicó Seabrook. “Esa enorme diferencia probablemente esté provocando efectos secundarios más intensos y frecuentes”.
Comunidades en línea buscan respuestas
A falta de respuestas claras en el sistema de salud, miles de personas están recurriendo a comunidades digitales para buscar apoyo. Ramsey participa en un grupo de Facebook sobre CHS con 3,000 miembros, mientras que otro más grande cuenta con 31,000. En Reddit, el foro r/CHSinfo tiene más de 20,000 usuarios compartiendo historias de hospitalizaciones, tratamientos fallidos y descubrimientos personales.
Una advertencia que no aparece en las etiquetas
En Canadá, Aurora Cannabis, uno de los mayores productores del país, enfrenta una demanda colectiva por no advertir adecuadamente sobre los riesgos de desarrollar CHS. El caso fue certificado el mes pasado por el Tribunal Superior de Ontario, lo que significa que puede proceder formalmente como una demanda de clase.
Margaret Waddell, abogada a cargo del caso, espera que el fallo tenga un impacto más allá de Aurora. “Queremos que esto lleve a etiquetados obligatorios en toda la industria”, dijo. Actualmente, Health Canada exige advertencias sobre adicción, dependencia y síntomas psicóticos, pero CHS no figura entre ellas.
Aurora Cannabis, por su parte, se negó a comentar sobre el caso, citando que no discuten asuntos legales en curso.
¿Falta de información o negligencia?
La falta de conocimiento sobre el CHS en hospitales y centros escolares preocupa a los expertos. “Hay una necesidad urgente de campañas de salud pública que informen sobre esta condición”, insiste Seabrook. “Desde médicos de urgencias hasta neurólogos, todos deberían estar al tanto para ayudar a los pacientes a tomar decisiones más informadas”.
Ramsey coincide. “Cuando empecé a fumar, era marihuana casera, con bajo THC. Ahora, los productos comerciales son mucho más potentes, y nadie te dice que algo así puede pasar”, lamenta. “Quizás, antes de legalizar y masificar el cannabis, deberíamos haber investigado más a fondo sus riesgos”.
¿Demasiado tarde para advertencias?
Mientras los defensores del cannabis celebran sus avances legales, casos como el de Ramsey ponen en cuestión la falta de advertencias claras sobre posibles efectos adversos. A medida que el uso recreativo y médico del cannabis se expande globalmente, el síndrome de hiperémesis cannabinoide se perfila como un reto de salud pública que, hasta ahora, ha pasado desapercibido.
En palabras de Ramsey: “No estoy en contra del cannabis. Pero la gente necesita saber que esto puede pasar. Si hubiera sabido, quizás lo habría usado de otra manera. O quizás no lo habría usado tanto”.
¿Demasiado cannabis o demasiada desinformación? Tal vez ambas.
Crédito fotográfico: REUTERS/Kevin Mohatt