
THE LATIN VOX (15 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La paciencia de Europa con Irán se agota. El Reino Unido, Francia y Alemania han fijado el 29 de agosto como fecha límite para que Teherán muestre un compromiso claro y verificable con la contención de su programa nuclear, o de lo contrario, los países europeos reactivarán el mecanismo de «snapback» que reinstaurará sanciones internacionales suspendidas hace una década.
El anuncio fue hecho por el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, durante una reunión en Bruselas con sus homólogos europeos. “Francia y sus socios están plenamente justificados en volver a imponer embargos globales sobre armas, bancos y equipamiento nuclear. Sin un compromiso firme, tangible y verificable por parte de Irán, lo haremos antes de que finalice agosto”, advirtió.
El regreso de las sanciones bajo el Capítulo VII de la ONU
Este movimiento reactivaría automáticamente seis resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, lo que obliga a todos los países miembros a cumplir con las medidas. Entre ellas, se incluyen:
- La suspensión de todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio y el reprocesamiento nuclear en Irán, incluso a nivel de investigación y desarrollo.
- La prohibición de transferencias de materiales, tecnologías o equipos relacionados con actividades nucleares o el programa de misiles iraní.
- La obligación de no conceder asistencia financiera, nuevos préstamos o compromisos preferenciales al gobierno iraní, salvo para fines humanitarios o de desarrollo.
Aunque no se espera que estas medidas bloqueen por completo las exportaciones de petróleo iraní o sus vínculos comerciales, sí representan un duro golpe a la economía y diplomacia de Teherán, y complicarían aún más su acceso al sistema financiero internacional.
La reacción de Irán: una ruptura con Europa
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, reaccionó con dureza, advirtiendo que la activación del mecanismo sería un punto de no retorno.
“Esto marcaría el fin del papel de Europa como mediador entre Irán y Estados Unidos, y quizás el punto más oscuro en la historia de nuestras relaciones con Reino Unido, Francia y Alemania”, declaró el fin de semana.
Araghchi acusó a las potencias europeas de tener una percepción “completamente errónea” del poder que les otorga el snapback. “Si se mueven en esa dirección, harán que la resolución del conflicto nuclear sea aún más compleja y difícil”, aseguró.
Contexto: un tablero geopolítico cada vez más inestable
La advertencia europea llega tras el reciente bombardeo ordenado por el presidente estadounidense Donald Trump sobre instalaciones nucleares iraníes en junio, una escalada que dejó al margen a los europeos del proceso diplomático.
Este intento de reafirmar la influencia europea busca evitar que Irán reconstruya su infraestructura nuclear sin supervisión internacional tras los daños infligidos por EE.UU.
La presión europea también exige el regreso inmediato de los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a las instalaciones iraníes, una condición clave para evitar que Teherán avance en secreto hacia capacidades nucleares con fines militares.
¿Qué sigue?
De no haber avances verificables para el 29 de agosto, se iniciará un proceso de reaplicación de sanciones que podría completarse antes del 15 de octubre. Aunque las potencias europeas pueden optar por retrasar el mecanismo para abrir más espacio al diálogo, el reloj diplomático ya está corriendo.
En un mundo cada vez más polarizado, Europa parece decidida a no perder del todo su papel en una de las crisis de seguridad más delicadas del siglo XXI.
«Estamos en una encrucijada,» advirtió un diplomático europeo. «Irán debe decidir si opta por la transparencia o se arriesga a un aislamiento aún mayor.»
¿Podrá Europa recuperar su influencia en el acuerdo nuclear? ¿Responderá Irán con una nueva escalada? Las próximas semanas podrían ser decisivas para el futuro de la no proliferación nuclear.
Crédito fotográfico: Reuters