El equipo de fútbol de la Universidad Simon Fraser (SFU) ha sido objeto de una revisión externa que ha evaluado su rendimiento, su cultura y su situación financiera. El informe resultante, publicado el pasado mes de agosto, ha revelado varios problemas que afectan al programa deportivo, como la baja calidad de las instalaciones, la falta de apoyo académico, la escasa visibilidad mediática y la insatisfacción de los jugadores y los entrenadores. El informe también ha hecho una serie de recomendaciones para mejorar el futuro del equipo, como aumentar el presupuesto, contratar personal cualificado, renovar el campo de juego y fortalecer los vínculos con la comunidad.
Sin embargo, algunos exjugadores del equipo de SFU se han mostrado críticos con el informe y con la respuesta de la universidad. Según ellos, el informe no ofrece una estrategia clara ni un plan de acción concreto para implementar las recomendaciones. Además, afirman que la universidad no ha consultado ni involucrado a los antiguos alumnos en el proceso de revisión, lo que consideran una falta de respeto y de transparencia. Los exjugadores también temen que el equipo pierda su identidad y su competitividad al jugar en la División II de la Asociación Nacional Atlética Universitaria (NCAA) de Estados Unidos, en lugar de participar en las ligas canadienses.
Los exjugadores han expresado su preocupación y su descontento a través de una carta abierta dirigida al presidente de SFU, Joy Johnson, y al director atlético, Theresa Hanson. En la carta, solicitan una reunión urgente con ellos para discutir el informe y sus implicaciones. También piden que se les dé voz y voto en las decisiones que afecten al equipo de fútbol de SFU. Los exjugadores aseguran que quieren colaborar con la universidad para encontrar soluciones que beneficien al programa deportivo y a sus estudiantes atletas.