La Columbia Británica es una de las regiones más propensas a los terremotos en el mundo, pero su nivel de preparación es inferior al de países como Turquía, según expertos en sismología y gestión de emergencias.
El pasado 30 de octubre, un fuerte terremoto de magnitud 7.0 sacudió la costa de Turquía y causó más de 100 muertos y miles de heridos. Sin embargo, el número de víctimas podría haber sido mucho mayor si no fuera por las medidas de prevención y respuesta que ha implementado el país desde el devastador terremoto de 1999, que dejó más de 17.000 fallecidos.
Entre estas medidas se encuentran la mejora de los códigos de construcción, la educación pública, los simulacros, los sistemas de alerta temprana y la coordinación entre las autoridades y las organizaciones humanitarias.
En cambio, la Columbia Británica no ha avanzado lo suficiente en estos aspectos, a pesar de que se espera que ocurra un gran terremoto en la zona conocida como la falla de Cascadia, que se extiende desde la isla de Vancouver hasta el norte de California.
Según los expertos, la provincia necesita invertir más recursos en fortalecer las infraestructuras críticas, como puentes, hospitales y escuelas, así como en concienciar a la población sobre cómo actuar antes, durante y después de un sismo.
También se requiere una mayor colaboración entre los diferentes niveles de gobierno, las comunidades indígenas, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales para mejorar la capacidad de respuesta y recuperación ante un desastre natural.
Los expertos coinciden en que la Columbia Británica tiene mucho que aprender de la experiencia de Turquía y otros países que han enfrentado terremotos destructivos, como Japón, Nueva Zelanda y Chile.
Asimismo, recomiendan que los ciudadanos se preparen para afrontar un evento sísmico con un kit de emergencia, un plan familiar y un conocimiento básico de primeros auxilios.