Beirut ha sido sacudida por una serie de explosiones masivas después de que Israel lanzara ataques aéreos dirigidos contra lo que describió como el cuartel general central de Hezbollah en los suburbios del sur de la capital libanesa. El ataque, que ocurrió al anochecer, envió enormes nubes de humo sobre el densamente poblado barrio de Haret Hreik en Dahiyeh, causando pánico entre los residentes y dejando un rastro de destrucción.
Según el ejército israelí, el objetivo del ataque era la sede central de Hezbollah, que supuestamente estaba “incrustada bajo edificios residenciales en el corazón de Dahiyeh”. Las explosiones redujeron a escombros varios edificios en el barrio de Haret Hreik, según informó la televisión Al-Manar de Hezbollah. Las explosiones fueron tan potentes que sacudieron ventanas y casas a unos 30 kilómetros al norte de Beirut. Ambulancias con sirenas aullando se dirigieron rápidamente al lugar de los hechos.
El Ministerio de Salud de Líbano informó que al menos dos personas murieron y otras 76 resultaron heridas en el ataque, aunque se espera que estas cifras aumenten a medida que se realicen más rescates y se evalúen los daños. El ataque también destruyó una manzana completa cerca del aeropuerto internacional de Beirut, con entre seis y nueve edificios completamente o parcialmente destruidos.
Este ataque se produce en un contexto de creciente tensión entre Israel y Hezbollah, con Israel llevando a cabo ataques deliberados en los suburbios del sur de Beirut durante las últimas semanas. En estos ataques anteriores, al menos tres comandantes militares de Hezbollah fueron asesinados. Sin embargo, el ataque de hoy fue mucho más poderoso, recordando los bombardeos israelíes durante la guerra con Hezbollah en 2006.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había prometido en su reciente discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas continuar los ataques contra Hezbollah y luchar hasta la “victoria total” en Gaza. Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó el ataque, afirmando que Israel no respeta los llamados globales a un alto el fuego en Líbano.
El portavoz del Pentágono de Estados Unidos declaró que no tenían conocimiento previo del ataque y que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, habló con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, mientras la operación estaba en curso.
Estas acciones subrayan la volatilidad de la situación en el Medio Oriente y la continua amenaza de escalada en la región. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, preocupada por las posibles repercusiones de estos ataques en la estabilidad regional y la seguridad global.