Canadá, un país que se enorgullece de su diversidad y multiculturalismo, ha tenido dificultades para mantener buenas relaciones con dos naciones del sur de Asia: India y Sri Lanka. Esto se debe principalmente a la influencia de los grupos étnicos minoritarios que viven en Canadá y que presionan al gobierno para que adopte posturas favorables a sus intereses.
En el caso de India, el principal problema ha sido el apoyo de algunos políticos canadienses al movimiento separatista sij, que busca la creación de un estado independiente llamado Khalistán en el norte de India. Esta posición ha generado malestar y desconfianza en el gobierno indio, que considera al movimiento sij como una amenaza a su integridad territorial y seguridad nacional. El punto más bajo en las relaciones bilaterales se produjo en 2018, cuando el primer ministro canadiense Justin Trudeau realizó una visita oficial a India y fue recibido con frialdad por el primer ministro indio Narendra Modi. Además, se generó una controversia cuando se reveló que un invitado a una recepción oficial en la embajada canadiense en Nueva Delhi era un ex miembro de un grupo armado sij vinculado a actos terroristas.
En el caso de Sri Lanka, el principal problema ha sido el apoyo de algunos políticos canadienses al movimiento separatista tamil, que luchó durante décadas por la creación de un estado independiente llamado Tamil Eelam en el norte y el este de Sri Lanka. Esta posición ha generado malestar y desconfianza en el gobierno de Sri Lanka, que considera al movimiento tamil como una amenaza a su soberanía y unidad nacional. El punto más bajo en las relaciones bilaterales se produjo en 2013, cuando el primer ministro canadiense Stephen Harper boicoteó la cumbre de la Mancomunidad de Naciones celebrada en Colombo, la capital de Sri Lanka, por las acusaciones de violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno de Sri Lanka durante la guerra civil.
Estos ejemplos muestran cómo los factores políticos internos pueden afectar negativamente las relaciones exteriores de Canadá con países del sur de Asia. Por ello, se hace necesario que el gobierno canadiense adopte una política más equilibrada y coherente, que respete la soberanía y la integridad territorial de estos países, y que promueva el diálogo y la cooperación para resolver los conflictos internos. Así mismo, se debe apoyar a las comunidades étnicas minoritarias que viven en Canadá para que se integren a la sociedad canadiense y contribuyan al desarrollo del país. Solo así se podrá fortalecer la amistad y la confianza entre Canadá e India y Sri Lanka.