THE LATIN VOX (24 de octubre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Gustavo Gutiérrez, el influyente sacerdote peruano conocido como “el padre de la teología de la liberación” y aclamado como un “profeta de los pobres”, faclleció en Lima a la edad de 96 años. Su legado perdurará en la historia de la iglesia y el activismo social en América Latina.
Gutiérrez, un fraile dominico y teólogo, fue un destacado y, en ocasiones, controvertido defensor de la idea de que la iglesia debía alinearse con los pobres y luchar por mejorar sus condiciones de vida. Su obra y pensamiento desafiaron las normas tradicionales de la iglesia católica, proponiendo que la fe debía ir acompañada de una responsabilidad política activa para combatir la pobreza y la injusticia.
La teología de la liberación, que emergió en el convulso contexto de América Latina en las décadas de 1960 y 1970, abogó por la necesidad de que la iglesia promoviera cambios políticos y estructurales fundamentales para erradicar la pobreza. Gutiérrez argumentó que los cristianos estaban llamados a vivir su fe de manera práctica, involucrándose en la lucha por la dignidad y los derechos de los más vulnerables.
A lo largo de su vida, Gutiérrez se enfrentó a críticas y resistencia, tanto dentro como fuera de la iglesia, por su visión radical que vinculaba la espiritualidad con la acción social. Sin embargo, su influencia es indiscutible, y su pensamiento ha resonado en movimientos de justicia social en toda América Latina y más allá.
Su muerte marca el final de una era, pero su legado continúa vivo en las comunidades que luchan por la justicia social y en los corazones de aquellos que creen que la fe y la acción política deben ir de la mano. Gutiérrez será recordado no solo como un teólogo, sino también como un verdadero defensor de los pobres y un catalizador del cambio en la sociedad latinoamericana.
Crédito fotográfico: Max Rossi/Reuters