Jean-Marie Le Pen, fundador del partido de extrema derecha Frente Nacional en Francia, falleció el 7 de enero de 2025 a los 96 años. Su muerte marca el fin de una era en la política francesa, donde su influencia fue determinante en la resurrección y consolidación de la ultraderecha en el país.
Nacido en 1928, Le Pen fundó el Frente Nacional en 1972, estableciendo una plataforma política centrada en el nacionalismo, la oposición a la inmigración y el euroescepticismo. Su retórica incendiaria y declaraciones controvertidas, incluyendo comentarios antisemitas y la minimización del Holocausto, le valieron múltiples condenas judiciales y una reputación polarizante.
A pesar de las controversias, Le Pen logró posicionar al Frente Nacional como una fuerza significativa en la política francesa. En 2002, sorprendió al país al avanzar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, enfrentándose a Jacques Chirac. Aunque fue derrotado, este acontecimiento evidenció el creciente apoyo popular a las ideas de extrema derecha en Francia.
En 2011, su hija Marine Le Pen asumió el liderazgo del partido, rebautizado posteriormente como Agrupación Nacional, y emprendió una estrategia de «desdiabolización» para suavizar la imagen del partido y atraer a un electorado más amplio. Bajo su dirección, la formación ha obtenido resultados electorales destacados, incluyendo la llegada a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de 2017 y 2022, y un aumento significativo de escaños en el Parlamento francés en 2022 y 2024.
El legado de Jean-Marie Le Pen es complejo y controvertido. Para sus seguidores, fue un defensor de la identidad nacional y un crítico de las élites políticas tradicionales. Para sus detractores, encarnó la intolerancia y el extremismo. Su influencia perdura en la política francesa, donde las ideas nacionalistas y antiinmigración que promovió han ganado una aceptación sin precedentes en el discurso público.
La muerte de Le Pen cierra un capítulo significativo en la historia política de Francia, pero su impacto en la configuración de la extrema derecha europea y en el debate sobre la inmigración y la identidad nacional sigue siendo relevante en la actualidad.