Rory Callum Sykes, exestrella infantil recordada por su participación en películas icónicas de los años 2000, falleció en el devastador incendio forestal que asoló Los Ángeles esta semana. Sykes, de 29 años, había dedicado su vida a la actuación y, más recientemente, a iniciativas humanitarias, generando admiración tanto en la industria del entretenimiento como en comunidades que apoyaban su activismo.
El incendio, considerado uno de los más destructivos en la región en años recientes, destruyó docenas de hogares, desplazó a miles de personas y cobró múltiples vidas. Según informes, Sykes se encontraba en su residencia en Pacific Palisades cuando el fuego se extendió rápidamente, dejando poco margen para evacuar. Su cuerpo fue identificado días después, lo que llevó a una oleada de tributos en redes sociales por parte de fanáticos, colegas y organizaciones que reconocieron su trabajo en favor de los derechos infantiles.
La noticia de su muerte ha conmocionado a Hollywood, donde numerosas figuras del cine y la televisión expresaron su pesar. Su antigua coprotagonista, Emily Grace, compartió un emotivo mensaje en el que destacó su «corazón generoso y pasión por hacer del mundo un lugar mejor». Mientras tanto, organizaciones benéficas con las que colaboraba, como Save the Children, anunciaron homenajes en su nombre.
Las autoridades locales siguen investigando el origen del incendio, que ya ha sido atribuido en parte a las condiciones extremas de sequía y fuertes vientos. En respuesta a la tragedia, el gobierno estatal ha reforzado los esfuerzos para prevenir futuros incendios, incluyendo restricciones más estrictas en actividades al aire libre durante periodos de alto riesgo.
Sykes deja un legado como artista talentoso y activista comprometido. Su trágica muerte subraya los impactos devastadores de los incendios forestales, cada vez más comunes debido al cambio climático, y la necesidad urgente de medidas preventivas y apoyo a las comunidades afectadas.