THE LATIN VOX (28 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El Museo del Louvre, uno de los centros culturales más emblemáticos del mundo, está a punto de someterse a una de las renovaciones más ambiciosas de su historia. En una decisión que destaca la importancia de preservar tanto la seguridad como la experiencia del visitante, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que la famosa Mona Lisa de Leonardo da Vinci recibirá su propio espacio exclusivo dentro del museo.
Este anuncio llega en un momento en que el Louvre enfrenta desafíos significativos debido a la abrumadora cantidad de visitantes. Con más de 8.7 millones de personas recorriéndolo anualmente, en su mayoría provenientes fuera de Francia, la institución ha sido testigo de un crecimiento vertiginoso en su popularidad, lo que ha generado problemas de hacinamiento y dificultades operativas.
Según Macron, la visita al Louvre, en su estado actual, se ha convertido en “una odisea física” para los miles de turistas que intentan admirar sus vastas colecciones.
Un espacio exclusivo para la Mona Lisa
Macron reveló que la Mona Lisa será trasladada a una “zona especial” dentro del museo, un espacio independiente del resto de la colección, con acceso propio para los visitantes. Esta decisión busca ofrecer una experiencia más tranquila y accesible para aquellos que quieren admirar la obra maestra sin las multitudes que a menudo la rodean.
Actualmente, la pintura se encuentra en la sala más grande del museo, protegida por un cristal y rodeada de otras obras de los maestros renacentistas venecianos, lo que la ha convertido en el epicentro del bullicio y la congestión.
A pesar de su popularidad, la Mona Lisa ha sufrido las consecuencias del turismo masivo. Con una multitud de brazos levantando teléfonos móviles para capturar una imagen de la pintura, la experiencia para los visitantes se ha visto empañada por la falta de espacio y las dificultades para acercarse al cuadro.
La iniciativa de crear un entorno más adecuado para la Mona Lisa es solo una parte de una reforma mayor destinada a mejorar la experiencia en uno de los museos más visitados del mundo.
Una nueva entrada y más espacio para exposiciones
El plan de renovación también incluye la creación de una «gran entrada» cerca del río Sena, que será inaugurada en 2031, y la construcción de nuevas salas subterráneas para ampliar el espacio de exposición.
Macron destacó que la nueva entrada se financiará con los recursos del propio museo y con el apoyo de patrocinadores privados, sin afectar los fondos públicos. Además, se abrirá una competencia para seleccionar el proyecto arquitectónico que mejor represente la modernización del Louvre.
La última gran renovación del museo, realizada en la década de 1980, introdujo la famosa pirámide de vidrio diseñada por el arquitecto chino-estadounidense IM Pei. Sin embargo, esta estructura, que fue pensada para recibir a 4 millones de visitantes anuales, se ha quedado obsoleta frente al flujo de más de 9 millones de personas que actualmente visitan el Louvre cada año.
La pirámide permanecerá en su lugar, pero el nuevo diseño buscará optimizar la entrada de los visitantes y aliviar los problemas de hacinamiento.
Un museo bajo presión
Laurence des Cars, presidenta del Louvre, ha sido vocal en señalar que las instalaciones actuales no cumplen con los estándares necesarios para la conservación adecuada de las obras de arte. En un informe filtrado a los medios, des Cars advirtió sobre los problemas de aislamiento térmico y los ruidos en la zona debajo de la pirámide, así como las goteras y el deterioro de la infraestructura, que amenazan la seguridad de las piezas.
Además, destacó que las condiciones para el público y el personal son cada vez más incómodas debido a la sobrecarga de visitantes y las infraestructuras inadecuadas.
A pesar de estos desafíos, el presidente Macron se mostró optimista, asegurando que el proyecto de renovación es «realista» y necesario para mantener la relevancia y la excelencia del museo en el siglo XXI.
Aunque no se ha confirmado el costo exacto de la renovación, los medios franceses estiman que el proyecto requerirá cientos de millones de euros.
El Louvre: un símbolo de identidad nacional
El Louvre no solo es un museo, sino un emblema de la identidad cultural de Francia. Macron, quien eligió este icónico museo como telón de fondo para su discurso de victoria en 2017, ha decidido abordar personalmente la crisis de infraestructura que enfrenta el museo, con la esperanza de dejar un legado que perdure en la historia cultural y política de Francia.
“Hoy, con 9 millones de visitantes al año, el Louvre es un tesoro, pero el acceso, el flujo y la seguridad no permiten que las personas lo visiten en las mejores condiciones”, declaró el presidente francés. La renovación no solo busca mejorar la experiencia del visitante, sino también garantizar la preservación de las colecciones y fortalecer la posición del museo como uno de los destinos culturales más importantes del mundo.
Mirando hacia el futuro
Con la creación de un nuevo espacio para la Mona Lisa, un acceso más eficiente y un diseño arquitectónico innovador, el Louvre se prepara para enfrentar los retos del futuro. La reforma promete transformar la experiencia de millones de visitantes y garantizar que el museo siga siendo un referente mundial de la cultura, el arte y la historia.
Si todo sale según lo planeado, el Louvre no solo seguirá siendo el museo más visitado del mundo, sino también un ejemplo de cómo los grandes patrimonios culturales pueden adaptarse a las exigencias del mundo moderno.
Crédito fotográfico: ARTNews.com