
THE LATIN VOX (29 de junio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Desde este domingo, encender un cigarrillo en una playa, un parque público o cerca de una piscina en Francia no solo será mal visto: será ilegal. Con la entrada en vigor de una nueva normativa anunciada por el gobierno, el país da un paso decisivo hacia su ambicioso objetivo de crear una “generación libre de tabaco” para 2032.
La medida, publicada en el boletín oficial el sábado, establece una prohibición total de fumar en espacios públicos al aire libre frecuentados por menores, incluidos refugios de autobús, las inmediaciones de escuelas, bibliotecas y piscinas. Fumar a menos de 10 metros de estos espacios también estará sancionado. Los infractores podrán recibir multas de hasta 700 euros, aunque la sanción habitual será de 135 euros.
Una ley pensada para proteger a los niños
“El tabaco debe desaparecer de los lugares donde hay niños”, declaró la ministra de Salud y Familia, Catherine Vautrin, quien ha liderado esta reforma con una postura tajante. “Un parque, una playa, una escuela: son lugares para jugar, aprender y respirar. No para fumar”, subrayó.
El momento de la entrada en vigor —una semana antes de las vacaciones escolares de verano— no es casual. Las autoridades quieren que los más pequeños puedan disfrutar de los espacios al aire libre libres del humo de segunda mano, responsable de entre 3000 y 5000 muertes anuales en Francia, según cifras oficiales.
Aplausos y críticas: La batalla continúa
La medida ha sido celebrada por numerosas organizaciones sanitarias, aunque no sin reservas. Yves Martinet, presidente del Comité Nacional Contra el Tabaquismo (CNCT), calificó la nueva normativa como “un paso en la buena dirección, pero insuficiente”.
El principal punto de discordia: la ley no incluye las terrazas de bares y restaurantes, espacios donde el cigarrillo sigue siendo casi omnipresente en la vida social francesa. “Los niños también van a las terrazas. ¿No merecen allí la misma protección?”, cuestionó Martinet, quien también criticó la exclusión de los cigarrillos electrónicos, cuya popularidad entre los jóvenes se ha disparado por el uso de sabores atractivos.
Del otro lado, los sectores de la hostelería y restauración no han tardado en responder. Franck Trouet, portavoz de la asociación GHR, defendió que “fumadores y no fumadores pueden coexistir en las terrazas, los últimos lugares de convivencia y libertad”. Su colega Frank Delvau, de la UMIH, advirtió que prohibir fumar en terrazas solo “desplazaría el problema a las aceras vecinas”.
Francia, a la vanguardia del control del tabaco
La nueva prohibición se inscribe en un contexto más amplio de declive sostenido del tabaquismo en Francia, donde menos del 25% de los adultos fuma a diario, el nivel más bajo registrado desde 2000, según datos de la agencia nacional OFDT.
Aun así, el tabaquismo sigue siendo un problema de salud pública devastador: 75,000 muertes al año y un coste estimado de 156,000 millones de euros para la sociedad francesa, incluyendo pérdida de productividad, atención médica y gastos en prevención y aplicación de leyes.
Una reciente encuesta reveló que el 62% de los franceses apoya la prohibición de fumar en lugares públicos, lo que sugiere un cambio cultural en un país históricamente asociado al ritual del cigarro en el café.
Hacia una generación sin humo
Aunque algunos consideran que la medida aún no va lo suficientemente lejos, lo cierto es que Francia está trazando una hoja de ruta clara: reducir drásticamente la exposición al tabaco, especialmente entre los menores. En los próximos días, el Ministerio de Salud revelará la señalización oficial que marcará las “zonas sin tabaco”.
Entre la resistencia social y la presión sanitaria, Francia camina hacia un futuro con menos humo, más aire limpio y nuevas generaciones que quizás no vean jamás a alguien fumar en la playa.
¿Será Francia el modelo para una Europa libre de tabaco? El experimento ya ha comenzado, y sus resultados podrían marcar un precedente global.
Crédito fotográfico: French Riviera Travel