
Mark Carney asumió el cargo de primer ministro de Canadá en una ceremonia oficial en Rideau Hall, Ottawa. En su primer acto como líder del país, presentó un gabinete reducido con el objetivo de fortalecer la economía y la seguridad nacional, en medio de las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Una de las designaciones más destacadas es la de François-Philippe Champagne como ministro de Finanzas. Champagne, originario de Shawinigan, Quebec, ha tenido una destacada trayectoria política desde su elección como miembro del Parlamento en 2015. Ha ocupado cargos clave en el gabinete, incluyendo ministro de Comercio Internacional, ministro de Infraestructura y Comunidades, ministro de Asuntos Exteriores y, más recientemente, ministro de Innovación, Ciencia e Industria.
El nombramiento de Champagne se produce en un momento crítico para Canadá, que enfrenta una guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Carney ha manifestado su intención de diversificar las relaciones comerciales de Canadá y reforzar la seguridad nacional para proteger los intereses económicos del país.
Además de Champagne, el nuevo gabinete incluye a Chrystia Freeland como ministra de Transporte y Comercio Interno, y a Dominic LeBlanc como ministro de Comercio Internacional. Mélanie Joly continuará al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, mientras que Bill Blair seguirá como ministro de Defensa.
Carney, de 59 años, asumió el liderazgo del Partido Liberal tras la renuncia de Justin Trudeau en enero. Se espera que convoque a elecciones generales en las próximas semanas para consolidar su mandato y enfrentar los desafíos económicos y diplomáticos que Canadá enfrenta en la actualidad.
En su discurso inaugural, Carney enfatizó la soberanía de Canadá frente a las amenazas de anexión por parte de Estados Unidos, declarando: «Nunca, jamás, de ninguna forma o manera, formaremos parte de Estados Unidos. Estados Unidos no es Canadá». Estas palabras reflejan su compromiso de mantener la independencia y los valores canadienses en medio de las crecientes tensiones con el vecino del sur.
El nuevo gobierno enfrenta la tarea de proteger la economía canadiense y asegurar el bienestar de sus ciudadanos en un entorno internacional cada vez más complejo. La experiencia y el liderazgo de figuras como François-Philippe Champagne serán fundamentales para navegar estos desafíos y garantizar un futuro próspero para Canadá.