La huelga histórica de los trabajadores de la Liquor Control Board of Ontario (LCBO) ha alcanzado la marca de una semana, y la frustración entre algunos empleados está en aumento. En una asamblea reciente, los trabajadores expresaron su descontento con la dirección del sindicato, cuestionando por qué no se mantuvieron en la mesa de negociaciones y la falta de transparencia en la primera oferta presentada por la LCBO.
El conflicto laboral, que ha llevado a más de 9,000 empleados a abandonar sus puestos, se centra en varias demandas clave. Los trabajadores, representados por el Sindicato de Empleados Públicos de Ontario (OPSEU), están preocupados por los planes del gobierno del primer ministro Doug Ford de expandir el mercado de alcohol, permitiendo que tiendas de conveniencia y supermercados vendan cerveza, vino y cócteles listos para beber. Temen que esta expansión resulte en la pérdida de empleos y afecte la seguridad laboral.
Además, los empleados están luchando por aumentos salariales y más puestos de trabajo a tiempo completo, ya que actualmente el 70% de los miembros ocupan roles a tiempo parcial y ocasionales. Uriel Barnett, un empleado de tienda que asistió a una manifestación en Toronto, expresó su pasión por su trabajo y su deseo de un trato justo para él y sus colegas. “Estamos luchando por nuestra seguridad laboral y también para asegurarnos de que servimos al público”, dijo Barnett.
La LCBO ha respondido afirmando que su propuesta más reciente abordó varias de las demandas de los trabajadores, pero el sindicato no hizo una contraoferta. La organización espera llegar rápidamente a un acuerdo que sea justo para sus empleados y que permita el éxito continuo de la LCBO en un mercado cambiante.
Mientras tanto, la huelga ha cerrado la mayoría de las tiendas de LCBO, afectando a los consumidores y generando un debate público sobre el futuro de la venta de alcohol en Ontario. Los trabajadores continúan sus manifestaciones, buscando apoyo público y presionando al gobierno para que mantenga las ventas de licor en manos públicas.
La situación sigue siendo tensa, y los próximos días serán cruciales para determinar si se puede alcanzar una resolución que satisfaga a ambas partes y ponga fin a esta histórica huelga.