
THE LATIN VOX (09 de Diciembre de 2025).- Por Daniela Medina
Un sismo potente, una madrugada de alerta y evacuaciones masivas
En la noche del lunes 8 de diciembre de 2025, Japón vivió nuevamente momentos de angustia cuando un terremoto de magnitud 7,5 sacudió el noreste del país, con epicentro aproximadamente a 80 km frente a la costa de la prefectura de Aomori, a una profundidad de unos 54 km.
El temblor, que se registró a las 23:15 (hora local), fue calificado como “intensidad 6 alta” en la escala sísmica japonesa en localidades como Hachinohe, una intensidad capaz de derribar personas, derribar muebles y causar daños estructurales.
Pocos minutos después, la Japan Meteorological Agency (JMA) emitió una alarma de tsunami, advirtiendo sobre posibles olas de hasta 3 metros a lo largo de la costa de Aomori, así como en las prefecturas vecinas wate y parte de Hokkaidō.
Se ordenaron evacuaciones: unas 90 000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en zonas costeras, muchas durante la noche, en medio del frío y la incertidumbre.
Tsunami leve, evacuaciones, sustos y daños dispersos
Durante las horas siguientes, se registraron oleajes de entre 20 y 70 centímetros en varios puertos de la costa notablemente en localidades de Iwate y Aomori, mucho menores que la amenaza inicial, aunque suficientes para generar alarma.
Hacia la madrugada del martes, la JMA rebajó la alerta de tsunami a “advertencia”, y luego la levantó por completo tras comprobar que no se requería evacuación adicional.
Las consecuencias inmediatas: cortes de electricidad alrededor de 800 hogares quedaron sin luz—, suspensión del servicio de trenes bala (Shinkansen) y otros ferrocarriles locales, cierre de escuelas en varias prefecturas, y daños leves a infraestructuras, como grietas en carreteras, desprendimiento de materiales y caída de objetos en viviendas.
Según los primeros reportes de emergencia, hubo al menos 23 a 33 personas heridas, la mayoría por objetos que cayeron o vidrios rotos. Entre ellas, al menos una sufrió lesiones graves.
Las autoridades confirmaron la activación de un equipo de emergencia, movilización de helicópteros, apertura de centros de acogida por ejemplo en la base aérea de Hachinohe y revisiones de seguridad en plantas nucleares cercanas. Por el momento, no se han reportado incidentes graves en las centrales, aunque algunas instalaciones informaron de derrames menores de agua en zonas de enfriamiento, que no habrían representado riesgo radiológico.
Nueva advertencia: riesgo de un sismo aún mayor un “mega-terremoto” en el horizonte
La sacudida de 7,5 no pasó desapercibida: analistas e instituciones científicas advierten que podría tratarse de un preludio de un sismo aún más poderoso. En consecuencia, la JMA emitió una alerta inédita para posibles temblores de magnitud 8 o superior en las próximas 72 a 168 horas, afectando las costas del Pacífico que van desde Hokkaidō hasta la región de Chiba.
Se recomienda máxima vigilancia: revisar rutas de evacuación, asegurar objetos en interiores, preparar suministros básicos (agua, documentos, linternas) y estar atentos a las órdenes de las autoridades locales.
Este tipo de alertas sólo se activa en situaciones de elevadísimo riesgo, y ocurren cuando un gran sismo ha alterado la tensión tectónica de zonas críticas como la falla submarina de Sanriku, área histórica de grandes terremotos y tsunamis.
Contexto histórico: Japón vive bajo la constante amenaza sísmica
Japón se encuentra en el llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, una región con alta actividad tectónica. Por ello, sistema de alerta temprana, normas de construcción antisísmicas y cultura de prevención son parte del día a día.
La zona afectada noreste de Honshu, prefecturas de Aomori, Iwate y Hokkaidō fue precisamente la que sufrió el devastador sismo y tsunami de 2011, que causó decenas de miles de muertos y generó la crisis nuclear de Fukushima. Las autoridades y población conocen bien las consecuencias de la tragedia, por lo que esta noche muchos japoneses vivieron el miedo de revivir ese pasado.
Qué sigue: rescate, evaluación y vigilancia extrema
- Las labores de remoción de escombros y limpieza ya comenzaron en ciudades como Hachinohe y puertos afectados. Se revisan casas, carreteras, puentes y servicios eléctricos y de agua.
- Las plantas nucleares del noreste están bajo observación reforzada, y técnicos realizan inspecciones detalladas.
- Las autoridades han pedido calma, pero también máxima prudencia: advierten sobre posibles réplicas fuertes, y mantienen el alerta de tsunami activa de forma preventiva.
- Muchos habitantes costeros evalúan regresar a sus hogares, pero las evacuaciones continuarán si se recibe nueva alerta. Mientras tanto, decenas de miles permanecen en albergues o lugares seguros.
Este terremoto, su impacto inmediato y la advertencia de un posible mega-sismo recuerdan con crudeza que, en Japón, la naturaleza guarda memoria y exige vigilancia permanente. Por ahora, la prioridad es la seguridad de las personas, la evalución de daños y la preparación colectiva. Pero lo ocurrido vuelve a dejar en evidencia la fragilidad de la vida frente a la fuerza de la Tierra y la urgencia de estar siempre listos.
Fuente: www3.nhk.or.jp
Foto: Google fotos