THE LATIN VOX (28 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un gesto que busca aliviar la creciente catástrofe humanitaria en Gaza y responder a la presión internacional, el ejército israelí anunció ayer domingo el inicio de una “pausa táctica limitada” en tres áreas densamente pobladas del enclave palestino.
La medida permitirá, en principio, la entrega de ayuda humanitaria durante diez horas al día, todos los días, a partir de las 10 de la mañana.
Aunque Israel ha insistido en que la guerra contra Hamas continuará, esta pausa —aplicada en Ciudad de Gaza, Deir al-Balah y Muwasi— es vista como un reconocimiento tácito de la gravedad de la crisis alimentaria y de salud que afecta a más de dos millones de personas atrapadas en el conflicto.
Ayuda bajo fuego y hambre sin tregua
Imágenes recientes de niños desnutridos y poblaciones desplazadas han desatado una ola de condenas globales, incluso entre aliados históricos de Israel. Naciones Unidas y organizaciones humanitarias han advertido durante meses sobre el riesgo inminente de hambruna.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que una tercera parte de los gazatíes pasan días sin comer y que al menos medio millón viven en condiciones similares a la hambruna.
“La tregua humanitaria no servirá de nada si no se convierte en una verdadera oportunidad para salvar vidas”, advirtió el doctor Muneer al-Boursh, director general del Ministerio de Salud de Gaza. “Cada día de retraso se mide en funerales.”
Esfuerzos de ayuda bajo vigilancia militar
El ejército israelí afirmó que las pausas permitirán establecer “rutas seguras” para la entrada de ayuda. Se han realizado también lanzamientos aéreos de suministros —incluyendo harina, azúcar y alimentos enlatados— desde aviones de carga. Jordania, junto con Emiratos Árabes Unidos, ha ejecutado tres lanzamientos similares, entregando más de 25 toneladas de comida y suministros en varias zonas de Gaza.
El PMA anunció que tiene suficiente comida ya dentro del territorio o en camino como para alimentar a toda la población durante casi tres meses. Sin embargo, la distribución efectiva sigue siendo un reto: camiones de la ONU han sido interceptados por multitudes desesperadas o por grupos armados, dificultando la entrega organizada.
Desde mayo, Israel ha permitido el ingreso de unos 4.500 camiones de ayuda, un promedio de 69 al día, muy por debajo de los 500–600 camiones diarios que, según la ONU, son necesarios para evitar el colapso total.
Una guerra sin tregua clara
La pausa humanitaria llega en medio del estancamiento de las negociaciones de alto el fuego. Estados Unidos e Israel retiraron la semana pasada a sus equipos de diálogo, culpando a Hamas por el fracaso en los avances.
Israel mantiene su postura: el fin del conflicto solo llegará si Hamas se rinde, se desarma y abandona Gaza. Hamas, por su parte, rechaza esas condiciones.
Mahmoud Merdawi, alto funcionario del grupo islamista, afirmó que la reciente flexibilización en el acceso a la ayuda representa una admisión de Israel sobre el sufrimiento de los civiles palestinos, y aseguró que la medida busca mejorar su imagen internacional más que salvar vidas.
Canadá, Jordania y la ayuda estancada
Canadá anunció que tiene camiones de ayuda humanitaria listos para ingresar a Gaza y que está en contacto directo con funcionarios israelíes para obtener garantías de paso seguro. La ministra de Exteriores, Anita Anand, señaló que Jordania ha permitido preposicionar los suministros en su territorio hasta que se autorice el ingreso.
Entretanto, el número de víctimas sigue aumentando. Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 59.700 palestinos han muerto desde el inicio de la guerra en octubre de 2023, más de la mitad mujeres y niños.
Israel afirma que sus operaciones responden al ataque de Hamas del 7 de octubre, en el que murieron 1.200 israelíes y 251 fueron tomados como rehenes. Al menos 50 rehenes aún permanecen en Gaza, muchos de ellos se presume que han fallecido.
¿Un paso hacia la paz o un parche temporal?
A pesar de los gestos recientes, los analistas internacionales coinciden en que las pausas humanitarias no reemplazan la urgencia de un alto el fuego sostenido. “Lo que Gaza necesita no es una ventana temporal para sobrevivir, sino un respiro duradero para vivir”, dijo un portavoz de la ONU en Ginebra.
Por ahora, las calles de Gaza siguen marcadas por el hambre, el miedo y la incertidumbre. Y como advierten las organizaciones humanitarias: cada día que pasa sin una solución real, cuesta más que tiempo. Cuesta vidas.
Crédito fotográfico: AP