
THE LATIN VOX (27 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Después de más de un año de exilio forzado, decenas de miles de palestinos regresaron al norte de Gaza este lunes, tras la apertura de los puntos de control por parte de Israel, un evento que marcó el fin de una separación prolongada que había dividido a la franja en dos y dejado a muchas familias y comunidades en condiciones extremas.
Desde el amanecer, una larga fila de personas comenzó a caminar de regreso a sus hogares, o lo que quedaba de ellos, después de una espera de 24 horas debido a una crisis en el frágil acuerdo de alto el fuego que había pospuesto la apertura de los puntos de control.
La imagen de miles de palestinos desplazándose hacia el norte de Gaza, algunos con animales, otros con miembros amputados o personas mayores apoyadas en bastones, reflejó tanto la esperanza como la incertidumbre que define a la vida en esta región.
El regreso al norte: entre la esperanza y la desolación
A pesar de saber que muchos de los hogares a los que regresaban habían sido destruidos o gravemente dañados, muchos palestinos querían regresar para montar tiendas de campaña sobre sus tierras. Habían vivido durante meses en hacinados campos de desplazados en el sur de Gaza, y el deseo de regresar, a pesar de las duras condiciones que esperaban, era más fuerte que la desesperanza.
«Mi corazón late fuerte. Pensé que nunca regresaría», dijo Osama, un funcionario público de 50 años y padre de cinco hijos, quien al llegar a Gaza City exclamó con firmeza: «Ya sea que el alto el fuego funcione o no, nunca dejaremos Gaza City ni el norte nuevamente, aunque Israel envíe un tanque para cada uno de nosotros. No más desplazamiento».
Las redes sociales se inundaron de videos de reuniones emotivas entre padres, hijos, amigos y hermanos que, después de 15 meses de guerra, se reunían nuevamente. Sin embargo, también hubo quienes regresaron con la dolorosa esperanza de encontrar los cuerpos de sus seres queridos enterrados bajo los escombros, para darles un entierro digno y un lugar para visitarlos y llorarlos.
El alto el fuego y sus tensiones
El regreso de los palestinos fue posible gracias a la apertura de los puntos de control tras una tensa demora de 24 horas, causada por un conflicto en el acuerdo de alto el fuego. La liberación de Arbel Yehoud, un rehén israelí, no se cumplió según lo esperado, lo que llevó a Israel a cerrar los puntos de control como respuesta. Las negociaciones entre las partes continuaron hasta que se resolvió el impasse, permitiendo que los palestinos cruzaran hacia el norte el lunes por la mañana.
A pesar de las dificultades, el retorno masivo de palestinos fue una respuesta clara a las voces que aún intentan desarraigar a la población palestina de su tierra. Husam Zomlot, embajador palestino en el Reino Unido, lo expresó claramente en redes sociales: «Después de 100 años de desplazamiento y opresión forzada, hay una sola dirección para el pueblo palestino: ¡liberación y retorno!».
Condiciones extremas y la necesidad urgente de ayuda
El regreso de los palestinos al norte de Gaza ha dejado al descubierto la magnitud de la destrucción que ha sufrido la región. Según datos de la ONU, más de 80,000 edificios han sido dañados o destruidos en Gaza. La magnitud de las necesidades humanas es abrumadora. Jonathan Crickx, director de comunicaciones de UNICEF Palestina, alertó que las necesidades de la población serán enormes con la llegada masiva de personas, especialmente en términos de agua y otros servicios básicos que escasean en la región.
“Las familias se están moviendo con lo que pueden cargar, pero no es mucho, porque la mayoría de ellas están caminando», dijo Crickx, subrayando las condiciones de extrema vulnerabilidad en las que las personas regresan.
El ejército israelí ha advertido a los que cruzan hacia el norte que se mantengan alejados de sus fuerzas, que aún controlan una zona de seguridad en la franja y en el corredor de Netzarim, un área clave que ha dividido Gaza en dos mitades desde el inicio del conflicto.
Las condiciones de vida en el norte, que incluyen una estricta restricción al paso de alimentos y ayuda humanitaria, han sido mucho más duras que en el sur, donde las tensiones también se han sentido intensamente.
Futuro incierto
A pesar de la emotiva escena del regreso, la situación sigue siendo incierta para los palestinos. La promesa de un alto el fuego frágil y la apertura de los puntos de control no garantizan que el retorno de los desplazados sea permanente ni seguro.
La amenaza de nuevas represalias y bombardeos, así como la constante amenaza de que las condiciones puedan empeorar, genera un sentimiento de temor constante entre la población palestina.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando de cerca la situación en Gaza, y las agencias humanitarias se apresuran a llegar al norte de la franja para asistir a los retornados. Sin embargo, el camino hacia la reconstrucción será largo, y el futuro de Gaza sigue siendo incierto mientras los palestinos luchan por su derecho a regresar y a vivir en paz en su tierra.
Crédito fotográfico: NBC News