Gazpachuelo: de plato humilde a emblema de la cocina malagueña

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El gazpachuelo es una sopa tradicional de Málaga que ha evolucionado desde sus orígenes humildes hasta convertirse en un símbolo de la gastronomía local. Caracterizada por su base de mayonesa mezclada con caldo caliente, esta sopa blanca ha sorprendido a muchos por su sabor y versatilidad.

Orígenes y evolución

Aunque sus orígenes exactos son inciertos, se cree que el gazpachuelo surgió en el siglo XIX. Existen dos teorías principales: una sugiere que nació bajo la influencia de la cocina francesa en las clases altas, debido al uso de salsas refinadas como la mayonesa; la otra sostiene que es un plato popular creado por las cocineras locales para alimentar a sus familias con ingredientes básicos como agua, huevo y pan duro.

Con el tiempo, la receta básica se enriqueció. En las zonas costeras, se añadieron patatas, arroz y pescado, mientras que en el interior de la provincia se incorporaron carnes de caza menor, como la perdiz. Esta adaptación regional refleja la versatilidad del gazpachuelo y su capacidad para integrarse en diferentes contextos culinarios.

Un plato con múltiples variantes

Hoy en día, el gazpachuelo se prepara de diversas formas, dependiendo de la zona y las preferencias personales. Algunas versiones incluyen mariscos, mientras que otras optan por una combinación de verduras. La técnica clave para su preparación es la correcta emulsión de la mayonesa con el caldo caliente, evitando que se corte y logrando una textura suave y cremosa.

Presencia en la gastronomía actual

El gazpachuelo ha trascendido su origen humilde y se ha consolidado como un plato emblemático en Málaga. Su versatilidad le ha permitido estar presente tanto en restaurantes tradicionales como en establecimientos de alta cocina, donde chefs innovadores reinterpretan la receta clásica, incorporando ingredientes contemporáneos y técnicas modernas.


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