THE LATIN VOX (30 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Georgia atraviesa una de sus peores crisis políticas en años, luego de que la presidenta Salome Zourabichvili denunciara al gobierno del partido Georgian Dream como ilegítimo, tras acusar un fraude electoral en las elecciones de octubre. En un desafío directo al primer ministro Irakli Kobakhidze, Zourabichvili aseguró que no abandonará el cargo al concluir su mandato en diciembre, al considerar que el parlamento que lo elegirá es ilegal.
El frenazo a la integración europea
El conflicto se agudizó el jueves pasado, cuando el primer ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze, anunció la suspensión de las negociaciones para la adhesión del país a la Unión Europea (UE) durante los próximos cuatro años. Este drástico giro de política, que va en contra de un objetivo nacional respaldado por la constitución de Georgia, ha desatado un mar de protestas en todo el país.
El deseo de unirse a la UE es profundamente popular entre la población georgiana, y las conversaciones de adhesión se habían considerado como un paso crucial para el futuro del país. La decisión de congelar las negociaciones fue vista por muchos como una traición a ese objetivo, lo que rápidamente desencadenó una ola de manifestaciones en la capital, Tbilisi, y otras ciudades del país.
Rechazo generalizado y acusaciones de fraude electoral
Zourabichvili, quien es conocida por su postura proeuropea, rechazó las elecciones parlamentarias del 26 de octubre, en las que Georgian Dream obtuvo casi el 54% de los votos, acusándolas de estar manipuladas. Para la presidenta, el parlamento elegido en esa ocasión es ilegítimo y, por lo tanto, no tiene autoridad para elegir a su sucesor, lo que le permite continuar en el cargo hasta que se forme un parlamento legítimamente electo.
«No hay un parlamento legítimo, y por lo tanto, un parlamento ilegítimo no puede elegir un nuevo presidente», afirmó Zourabichvili en un discurso el sábado. «Mi mandato continúa hasta que se forme un parlamento elegido de manera legítima», añadió, subrayando su desobedecimiento a la autoridad del gobierno y del primer ministro.
Protestas masivas y tensión creciente
Las protestas se intensificaron a lo largo del fin de semana. Miles de manifestantes se reunieron en Tbilisi, levantando barricadas frente al parlamento y enfrentándose a la policía antimotines, que respondió con cañones de agua y gas lacrimógeno. El Ministerio del Interior informó que 107 personas fueron detenidas durante las manifestaciones, que fueron descritas por los medios locales como las más grandes en años.
Los manifestantes exigen la reactivación de las negociaciones para la adhesión a la UE, defendiendo su derecho a decidir el futuro de su país. Muchos empleados de alto rango de las instituciones gubernamentales, así como empresas y diplomáticos georgianos, han expresado su rechazo a la suspensión de las conversaciones con la UE, lo que ha elevado aún más la presión sobre el gobierno de Georgian Dream.
División entre proeuropeos y pro-rusos
La decisión de detener las negociaciones con la UE no es un hecho aislado, sino parte de un panorama político más amplio en el que Georgia ha visto un creciente acercamiento al Kremlin. Desde las elecciones de octubre, el partido Georgian Dream, encabezado por el multimillonario Bidzina Ivanishvili, ha adoptado posturas más favorables hacia Rusia, una nación con la que Georgia no tiene relaciones diplomáticas desde la guerra de 2008, cuando Moscú respaldó a las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.
A pesar de este giro, Ivanishvili y otros miembros del gobierno insisten en que las elecciones fueron libres y justas. Sin embargo, la comunidad internacional, particularmente los países occidentales, ha pedido una investigación sobre posibles irregularidades. La UE ya había expresado su preocupación por las leyes que Georgia ha adoptado en los últimos años, especialmente aquellas contra los «agentes extranjeros» y la restricción de los derechos LGBTQ+, considerándolas como un obstáculo para la adhesión.
El fútbol como voz de protesta
En medio de la agitación política, figuras públicas como Khvicha Kvaratskhelia, estrella de la selección nacional de fútbol de Georgia, también han alzado la voz en apoyo a los manifestantes. Kvaratskhelia expresó en redes sociales su dolor por la situación del país, instando al gobierno a poner fin a la violencia y apoyando la causa europea de Georgia. «Georgia merece Europa hoy más que nunca», escribió el jugador, mostrando cómo el descontento ha traspasado las fronteras de la política y ha llegado al ámbito deportivo.
¿Un futuro incierto para Georgia?
La situación en Georgia es cada vez más incierta. Por un lado, las protestas continúan y la oposición exige un retorno a la senda europea. Por otro, el gobierno de Georgian Dream mantiene una postura desafiante, y su relación con Rusia parece seguir fortaleciéndose. En medio de este contexto, la figura de Salome Zourabichvili se alza como un símbolo de resistencia a un gobierno al que muchos consideran cada vez más autoritario.
El futuro de Georgia, tanto en términos políticos como económicos, dependerá de cómo se resuelva esta crisis interna. Mientras tanto, la presión sobre el gobierno y la creciente división con los sectores proeuropeos siguen siendo un tema candente, tanto dentro como fuera del país.
Crédito fotográfico: REUTERS/Irakli Gedenidze