
THE LATIN VOX (10 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La isla de Groenlandia se prepara para unas elecciones históricas que podrían redefinir su futuro, en un contexto de creciente tensión con los Estados Unidos y de presiones internas sobre su soberanía.
Los votantes groenlandeses se enfrentan a una «decisión crucial», según ha declarado el primer ministro de la isla, Múte B. Egede, en un panorama que ha atraído la atención global, especialmente a raíz de las polémicas declaraciones de Donald Trump sobre la adquisición del territorio.
La sombra de Trump sobre Groenlandia
El presidente estadounidense ha sido muy vocal sobre su deseo de adquirir Groenlandia, un territorio autónomo bajo control danés. Trump ha sugerido que la compra podría ser una solución económica para la isla y ha prometido invertir miles de millones de dólares para crear empleos y hacer prosperar a los groenlandeses. Sin embargo, estos comentarios han sido recibidos con un rechazo generalizado en Nuuk, la capital groenlandesa, y por sus líderes políticos.
“Es una elección crucial que tenemos”, afirmó Egede durante una entrevista con la cadena danesa DR. El primer ministro expresó su preocupación por el caos geopolítico mundial, citando la «incertidumbre» provocada por Trump y su política exterior impredecible. «Merecemos ser tratados con respeto, y no creo que el presidente estadounidense lo haya hecho desde que asumió el cargo», añadió.
A pesar de las promesas de Trump, que busca presentar a Groenlandia como una oportunidad de riqueza para sus ciudadanos, Egede y otros líderes groenlandeses insisten en que la isla no debe ser vista como una propiedad estadounidense. En sus declaraciones, Egede subrayó que Groenlandia necesita fortalecer relaciones con países que respeten su autonomía y su futuro como nación.
El auge del movimiento independentista
Groenlandia, que ha estado bajo control danés hasta 1953, continúa siendo parte del Reino de Dinamarca. Sin embargo, en las últimas décadas, el movimiento independentista ha ganado fuerza, especialmente después de una serie de escándalos que han puesto en evidencia el trato racista hacia los groenlandeses por parte de Dinamarca.
Casos como la polémica de los dispositivos intrauterinos (DIU), en los que miles de mujeres groenlandesas fueron sometidas a esterilización sin su consentimiento, han alimentado el descontento en la isla.
La creciente desconfianza hacia Dinamarca ha impulsado el apoyo a partidos como Naleraq, que ha prometido convocar un referéndum sobre la independencia de Groenlandia en caso de ganar las elecciones.
Este partido, junto con otros como el Inuit Ataqatigiit (IA), defiende una mayor cooperación con Estados Unidos, pero con el objetivo de asegurar que la isla controle sus propios recursos, en lugar de ser dominada por actores externos.
La postura de los votantes: entre la independencia y la cooperación
Aunque la cuestión de la independencia ha cobrado protagonismo en esta contienda electoral, los votantes groenlandeses también están preocupados por cuestiones cotidianas, como la educación y la salud.
Naaja Nathanielsen, ministra de Recursos Naturales y miembro del partido IA, señaló que, a pesar de la tensión geopolítica, los ciudadanos siguen preocupados por los mismos temas de siempre. No obstante, reconoció que la situación internacional, y especialmente los comentarios de Trump, ha añadido un nuevo nivel de incertidumbre sobre el futuro de la isla.
Por su parte, Aviâja Korneliussen, una estudiante de secundaria de 18 años y votante por primera vez, expresó su entusiasmo pero también su preocupación sobre cómo las decisiones políticas afectarán a las comunidades locales.
«Es emocionante, pero también tengo mucho miedo porque no sabemos cómo nos va a afectar. El mundo entero está mirando y esperando», comentó Korneliussen, quien aún no ha decidido por qué partido votar. A pesar de su simpatía por la independencia, su escepticismo sobre las intenciones de Estados Unidos la deja en una posición ambigua.
El futuro incierto de Groenlandia
Las elecciones en Groenlandia no solo son cruciales para su futuro como nación, sino que también tienen implicaciones para su relación con Dinamarca, Estados Unidos y otros actores internacionales. Con la creciente presión de la administración de Trump, que ha hecho claras sus intenciones de inmiscuirse en los asuntos internos de Groenlandia, la isla se enfrenta a una encrucijada que podría definir su futuro político y económico.
El resultado de estas elecciones podría ser el primer paso hacia una Groenlandia más autónoma, que decida su propio destino, o bien, hacia una mayor cooperación con Estados Unidos en términos de recursos naturales y seguridad. Lo que es seguro es que la isla no volverá a ser vista de la misma manera, y los groenlandeses deberán tomar decisiones que podrían cambiar el curso de su historia.
Crédito fotográfico: Joe Raedle/Getty Images