THE LATIN VOX (1 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El conflicto en Gaza no da tregua, y el inicio de 2025 ha traído consigo más víctimas mortales como parte de la ofensiva israelí que ha estado en marcha desde octubre de 2023. En el primer día del año, al menos 12 palestinos fueron asesinados en una serie de bombardeos llevados a cabo por Israel, la mayoría de ellos mujeres y niños.
Las autoridades de Gaza han reportado que las víctimas de estos ataques eran principalmente civiles, lo que ha generado una creciente condena por parte de grupos internacionales que observan con preocupación la continua escalada de la violencia.
Uno de los ataques más letales tuvo lugar en el área de Jabaliya, en el norte de Gaza, la región más destruida y aislada del territorio, donde Israel ha llevado a cabo una de sus mayores operaciones desde principios de octubre. La ofensiva israelí ha dejado en su paso más de 45,000 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud de la región. De las víctimas de este ataque, siete personas murieron, entre ellas una mujer y cuatro niños, y al menos una docena más resultaron heridas.
A lo largo de la noche, otro bombardeo alcanzó el campo de refugiados de Bureij, en el centro de Gaza, donde fallecieron una mujer y un niño. En ese momento, un hombre, cargando el cuerpo de un niño, exclamó: «¿Están celebrando? Disfruten mientras nosotros morimos. Durante un año y medio hemos estado muriendo». Esta desgarradora declaración refleja la desesperación de los civiles atrapados en medio del conflicto.
Las fuerzas israelíes defendieron sus ataques, alegando que los bombardeos respondían a lanzamientos de cohetes desde la región de Bureij y que sus strikes estaban dirigidos a objetivos militantes. Sin embargo, los ataques continúan generando una creciente indignación internacional por la cifra de muertos entre la población civil, en su mayoría mujeres, niños y personas vulnerables.
En el sur de Gaza, en la ciudad de Khan Younis, otro ataque aéreo dejó tres muertos, lo que intensifica aún más la violencia en la región. Mientras tanto, el sufrimiento de los desplazados palestinos sigue aumentando.
Más del 90% de la población de Gaza, unos 2.3 millones de personas, ha sido desplazada por los combates, muchos de ellos más de una vez. Con la llegada del invierno, las condiciones de vida se han vuelto aún más duras. Las lluvias constantes y las bajas temperaturas han generado una crisis humanitaria, con al menos seis bebés muertos por hipotermia.
La falta de recursos también ha obligado a muchos a depender de comedores comunitarios para alimentarse, pero estos están luchando para satisfacer la demanda debido a las restricciones de ayuda y el aumento de los precios de los alimentos. En Deir al-Balah, en el centro de Gaza, se ha registrado largas filas de niños esperando por un poco de arroz, el único alimento disponible en estos comedores.
El impacto de la guerra no solo se limita a Gaza. En Israel, el exministro de Defensa, Yoav Gallant, quien fue destituido en noviembre por sus desacuerdos con el primer ministro Benjamin Netanyahu sobre el manejo de la guerra, renunció el miércoles al parlamento.
Gallant había pedido una solución diplomática para la liberación de los rehenes, mientras Netanyahu abogaba por más presión militar sobre Hamas. Gallant justificó su renuncia diciendo que la propuesta de ley que exime del servicio militar a los hombres ultraortodoxos es contraria a las necesidades de seguridad del país.
Por otro lado, la Autoridad Palestina (AP) ha suspendido el trabajo de Al Jazeera en Cisjordania, acusando al canal de incitar y difundir informes engañosos. Este movimiento ocurre en medio de un aumento de enfrentamientos entre las fuerzas de la AP y los militantes palestinos, particularmente en Jenín, lo que ha causado algunas de las confrontaciones más intensas entre palestinos en años.
El panorama en Gaza sigue siendo devastador. A medida que el conflicto se extiende en el tiempo, las víctimas civiles se acumulan, las condiciones de vida se deterioran y la comunidad internacional observa con creciente preocupación la continua violación de los derechos humanos en la región. Mientras tanto, las posibilidades de una resolución pacífica parecen cada vez más lejanas.
Crédito fotográfico: Abdel Kareem Hana/AP