El pasado Día del Trabajo, la vicepresidenta Kamala Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, realizaron una intensa campaña en Michigan y Wisconsin, dos estados clave para las próximas elecciones presidenciales. En un esfuerzo por consolidar el apoyo de los sindicatos, Harris y Walz se presentaron como los desafiantes en una contienda reñida contra el expresidente Donald Trump, a pesar de liderar en las encuestas desde la convención demócrata.
En Detroit, Michigan, Harris se dirigió a los miembros del sindicato en la Northwestern High School, destacando la importancia de proteger las pensiones y beneficios de los trabajadores, aumentar el salario mínimo y empoderar a los sindicatos en el lugar de trabajo. “Sabemos que esta será una carrera muy ajustada hasta el final. Sabemos cómo juegan. Sabemos lo que hacen”, dijo Harris a los miembros del sindicato, quienes interrumpieron su discurso con cánticos de “Trump es un esquirol”.
Por su parte, Walz, en Milwaukee, Wisconsin, utilizó un tono similar, advirtiendo a los demócratas sobre la complacencia y subrayando la necesidad de mantener la presión hasta el día de las elecciones. “Dormiremos cuando estemos muertos. Ahora no es el momento”, afirmó Walz, comparando a Trump con los matones de la cafetería que supervisaba como educador.
A pesar de la insistencia de los demócratas en que la carrera será muy reñida, Walz no pudo evitar burlarse de los números decrecientes en las encuestas de Trump, comparándolo con los matones que intentan infundir miedo pero que son los primeros en descubrir lo que sucede cuando la marea cambia.
La campaña de Harris y Walz también incluyó una serie de eventos con prominentes líderes sindicales y políticos. En Michigan, Harris estuvo acompañada por la gobernadora Gretchen Whitmer, el vicegobernador Garlin Gilchrist, la senadora Debbie Stabenow y las representantes Elissa Slotkin y Debbie Dingell, así como líderes sindicales de la UAW, AFT, Teamsters, AFL-CIO, Building Trades, IATSE y SEIU. En Wisconsin, Walz estuvo acompañado por el gobernador Tony Evers, la senadora Tammy Baldwin, la representante Gwen Moore y el alcalde Cavalier Johnson.
El mensaje de la campaña fue claro: los demócratas están luchando por los derechos de los trabajadores y contra las políticas anti-laborales de Trump. “El vicepresidente Harris siempre ha puesto a los trabajadores en primer lugar y ha responsabilizado a los intereses poderosos”, dijo la campaña en un comunicado. “Mientras tanto, Trump fue uno de los presidentes más anti-trabajadores y anti-sindicatos de la historia”.
El Día del Trabajo fue una oportunidad para que Harris y Walz reforzaran su compromiso con los trabajadores y los sindicatos, y para movilizar a los votantes en dos estados cruciales para las próximas elecciones.