Hawái bajo amenaza: SpaceX y el riesgo para un tesoro ecológico y cultural

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THE LATIN VOX (18 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

La isla hawaiana de Mokumanamana, considerada sagrada por los nativos hawaianos, podría convertirse en un nuevo campo de batalla entre la expansión de la industria espacial y la protección de la biodiversidad y los valores culturales.

En un reciente giro en los planes de SpaceX, la compañía dirigida por Elon Musk, el área marítima que rodea a las islas hawaianas se ve ahora amenazada por el vertido de escombros de cohetes, con la posible autorización de la Administración Federal de Aviación (FAA) para lanzar y hacer estallar cohetes sobre estas aguas protegidas.

Un patrimonio cultural y natural en peligro

Mokumanamana, ubicada en el noroeste de Hawái, está bendecida por la mitología hawaiana y representa una de las zonas de mayor densidad de sitios religiosos ancestrales del archipiélago. La isla, que se encuentra aproximadamente a 400 millas de Honolulu, está ubicada en una de las zonas más ecológicamente únicas del planeta.

En ella se encuentran especies marinas y aves en peligro de extinción, como las focas monje y las tortugas marinas. Esta área está dentro del Monumento Nacional Marino Papahānaumokuākea, un sitio de la UNESCO, que cubre casi 600,000 millas cuadradas de océano.

A pesar de su valor ecológico y cultural, SpaceX ha recibido permiso de la FAA para realizar lanzamientos de su cohete Starship en la vasta región del Pacífico que rodea estas islas. Esta expansión de las operaciones de SpaceX busca aumentar el número de lanzamientos de cohetes de 5 a 25 anuales, lo que ha generado una ola de preocupación entre científicos, ambientalistas y la comunidad hawaiana.

El “Plan Estrella” de SpaceX y su impacto en el ecosistema marítimo

El gigante aeroespacial tiene la intención de utilizar un área de más de 75 veces su tamaño original para permitir que los escombros de sus cohetes Starship caigan en el Pacífico.

De hecho, el área de caída de estos escombros incluye vastas zonas cercanas a las ocho islas principales de Hawái, y específicamente a Mokumanamana. De acuerdo con miles de documentos gubernamentales revisados por el diario inglés The Guardian y entrevistas con científicos marinos y residentes hawaianos, este plan podría tener efectos devastadores para la vida marina y las especies en peligro, como las ballenas, las tortugas y los tiburones.

«Es un lugar sagrado, y cualquier alteración allí es una violación directa de nuestra cultura», afirma William Aila, ex presidente del Departamento de Recursos Naturales de Hawái. La isla, donde los hawaianos nativos creen que las almas de los fallecidos encuentran su camino hacia sus ancestros, representa un vínculo vital con la historia y las creencias de la región.

El enfoque de Musk y los riesgos ambientales

Elon Musk, quien ha enmarcado su proyecto SpaceX como esencial para la supervivencia humana, sostiene que los beneficios de la exploración espacial, y específicamente de la colonización de Marte, justifican los riesgos ambientales que podrían surgir de sus lanzamientos fallidos.

Sin embargo, su enfoque de “fallar rápido, aprender más rápido” se encuentra en conflicto con la profunda reverencia que los hawaianos tienen por su tierra y su océano.

«Si el Starship golpeara una ballena, honestamente, esa ballena lo tenía bien merecido», comentó Musk en una charla pública, minimizando el impacto sobre los ecosistemas marinos. Este tipo de comentarios ha generado un gran rechazo entre aquellos que advierten que el daño podría ser mucho más significativo de lo que Musk parece reconocer.

Los efectos de los lanzamientos: De caídas de escombros a explosiones

Los lanzamientos de Starship han sido notoriamente peligrosos. En su intento más reciente, el cohete explotó poco después del despegue, causando una lluvia de escombros metálicos y un incendio en un parque estatal de Texas.

Este tipo de eventos ha resultado en daños a la fauna local, como nidos de aves y hábitats marinos. A medida que SpaceX intensifica sus lanzamientos, la probabilidad de que estos escombros lleguen al Pacífico, con efectos devastadores para la fauna marina, aumenta.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA) ha emitido informes que alertan sobre los posibles daños a las especies marinas debido a los combustibles y escombros que caen de los cohetes. Además, se teme que las explosiones de los Starships generen ruidos ensordecedores que puedan alterar las rutas migratorias de las especies marinas.

La resistencia local y la controversia legal

A pesar de las evaluaciones de impacto ambiental realizadas por la FAA, la cual concluyó que el riesgo de daño sería «insignificante», miles de residentes locales de Hawái y Texas han alzado la voz en contra del proyecto. Más de 12,000 comentarios fueron enviados durante el período de consulta pública, muchos de los cuales denunciaron la falta de una evaluación rigurosa de los impactos ambientales y culturales.

La controversia ha llegado hasta los tribunales. Diversas organizaciones no gubernamentales han demandado a la FAA, argumentando que la agencia ha violado la Ley Nacional de Política Ambiental al permitir los lanzamientos sin realizar una Evaluación de Impacto Ambiental adecuada.

La demanda exige una revisión más exhaustiva de los riesgos que estos lanzamientos representan para las especies en peligro y las comunidades nativas hawaianas.

¿Un futuro sostenible para Hawái?

La relación entre la expansión de SpaceX y la protección de las culturas indígenas y los ecosistemas marinos es un dilema ético cada vez más complejo. Las acciones del gobierno de EE. UU., especialmente bajo la administración Trump, han favorecido el impulso de la exploración espacial a costa de los derechos de los pueblos indígenas y de la conservación ambiental.

Para muchos hawaianos, la defensa de su hogar y sus tradiciones es un acto de resistencia cultural frente a la mercantilización del espacio. «El océano no es un espacio vacío», comenta Kyle Kajihiro, profesor asistente de estudios étnicos en la Universidad de Hawái. «Es un tejido de conexiones entre las civilizaciones del Pacífico, y debe ser respetado».

Conclusión

Mientras SpaceX avanza en su proyecto de colonización de Marte, el océano Pacífico y las islas hawaianas se encuentran en la línea de fuego.

La decisión final sobre si estos lanzamientos pueden continuar se enfrentará a la presión creciente de quienes defienden que el derecho al progreso humano no debe pisotear el valor sagrado de la naturaleza ni de las culturas ancestrales.

El futuro de Hawái, de sus océanos y de sus pueblos indígenas depende de una mayor reflexión sobre el equilibrio entre el avance tecnológico y la protección del planeta que habitamos.

Crédito fotográfico: Brandon Bell/Getty Images


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