Huracán Óscar se forma cerca de las Bahamas y amenaza el Caribe y el sureste de EE.UU.

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FOTO: NBC NEWS

Un nuevo sistema ciclónico ha cobrado fuerza en el Atlántico, convirtiéndose en el Huracán Óscar, el más reciente en una temporada de huracanes que ha sido notablemente activa en la cuenca del Atlántico. Formado al este de las islas Bahamas, Óscar ya ha alcanzado la categoría 2 en la escala de Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de 155 kilómetros por hora y ráfagas aún más fuertes, mientras sigue ganando intensidad en aguas cálidas.

El huracán Óscar se desarrolló a partir de un sistema de baja presión que se desplazaba sobre aguas cálidas y con alta humedad. Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes (CNH) en Miami han señalado que las condiciones actuales son extremadamente favorables para que este ciclón tropical continúe intensificándose en las próximas 48 horas.

«Las temperaturas del mar en esta parte del Atlántico son al menos 1,5 °C más cálidas de lo normal para esta época del año, lo que alimenta al huracán y le proporciona la energía necesaria para seguir fortaleciéndose», dijo Elena Ramírez, especialista en meteorología tropical del CNH. «Además, los vientos en las capas altas de la atmósfera están alineados de tal manera que permiten una mejor organización del huracán y reducen el corte de viento, lo que facilita su desarrollo.»

Según los modelos de pronóstico actuales, el huracán Óscar podría tomar una ruta peligrosa hacia el noroeste, afectando primero a las islas Bahamas antes de acercarse a las costas del sureste de Estados Unidos. Si bien aún existe incertidumbre en cuanto a la trayectoria exacta, las principales proyecciones indican que las áreas más vulnerables serían las Bahamas, la costa este de Florida y potencialmente los estados de Georgia y las Carolinas.

«Es esencial que las personas en las Bahamas y en la costa del sureste de los Estados Unidos estén atentas a las actualizaciones meteorológicas. Aunque aún es demasiado pronto para determinar con precisión dónde tocará tierra Óscar, existe una alta probabilidad de que provoque condiciones de tormenta tropical o huracán en las próximas 72 horas en estas regiones», advirtió Ramírez.

Las islas Bahamas ya han emitido alertas de huracán, y los residentes de las islas del norte están comenzando a evacuar áreas bajas y propensas a inundaciones. El gobierno bahameño ha instado a los ciudadanos a no subestimar el poder destructivo de Óscar, recordando los devastadores efectos del huracán Dorian en 2019, que azotó la región con una intensidad similar.

Una de las principales preocupaciones es la cantidad de lluvia que Óscar podría traer consigo. Los meteorólogos prevén acumulaciones de lluvia de entre 150 y 300 milímetros en las islas Bahamas, con algunos puntos que podrían superar los 400 milímetros en áreas aisladas. Las inundaciones repentinas y el desbordamiento de ríos representan una amenaza significativa para las islas más vulnerables y las zonas costeras.

Además, el aumento del nivel del mar debido a la marea de tormenta podría provocar inundaciones costeras, sobre todo en las islas bajas de las Bahamas, donde muchas comunidades están situadas a poca distancia del mar. Los expertos han advertido que el aumento de las mareas podría superar los 2 metros en algunas áreas, creando una peligrosa combinación de fuertes lluvias, inundaciones y oleaje.

En Florida, las autoridades estatales ya han comenzado a activar sus planes de emergencia. El gobernador ha declarado el estado de alerta en los condados costeros del estado y ha instado a los residentes a preparar kits de emergencia, asegurar sus viviendas y, si es necesario, evacuar las áreas más vulnerables.

«Es importante que todos los floridanos se preparen para lo peor, aunque esperamos lo mejor. Las próximas 24 a 48 horas serán críticas para monitorear cómo se desarrolla este huracán y si afectará directamente nuestra costa», expresó en conferencia de prensa el gobernador de Florida. También se ha ordenado la apertura de refugios en varias ciudades costeras y se ha desplegado a la Guardia Nacional en preparación para posibles operaciones de rescate.

Mientras tanto, en Georgia y las Carolinas, los funcionarios locales están siguiendo de cerca el progreso del huracán. Aunque estos estados no están en la trayectoria directa de Óscar por el momento, la posibilidad de que el huracán gire hacia el noreste en los próximos días ha llevado a los residentes a tomar medidas preventivas, reforzando sus hogares y revisando sus planes de evacuación.

El impacto de Óscar también se anticipa en el ámbito económico. Las Bahamas, un destino turístico muy popular, podrían ver afectadas sus operaciones en hoteles, resorts y aeropuertos si el huracán continúa en su curso actual. Varios cruceros que operan en el área han cancelado o modificado sus itinerarios para evitar la tormenta, lo que tendrá un impacto en la industria turística, uno de los pilares de la economía bahameña.

Además, las aseguradoras en la región ya están anticipando un aumento en las reclamaciones por daños, especialmente si Óscar se fortalece aún más y toca tierra en áreas pobladas. En Florida, los expertos ya están estimando que el coste de los daños podría superar los mil millones de dólares si el huracán impacta fuertemente en las áreas urbanas de la costa.

El desarrollo y rápida intensificación de huracanes como Óscar ha reavivado el debate sobre el cambio climático y su relación con el aumento en la frecuencia e intensidad de ciclones tropicales. Según varios estudios científicos, el calentamiento global está contribuyendo a la creación de tormentas más potentes, debido al aumento de las temperaturas oceánicas y la mayor humedad atmosférica.

«Los huracanes más fuertes, como estamos viendo con Óscar, son síntomas del cambio climático en acción», comentó el climatólogo Julio Muñoz. «Las temperaturas más cálidas en el océano no solo alimentan estas tormentas, sino que también las hacen más erráticas y difíciles de predecir, lo que complica los esfuerzos de preparación y mitigación».

El huracán Óscar se perfila como una amenaza significativa para las Bahamas y potencialmente para las áreas del sureste de Estados Unidos. Mientras se monitorea su trayectoria e intensidad, las autoridades locales y los residentes deben estar preparados para lo que podría convertirse en un huracán devastador. Aunque las próximas horas serán cruciales para determinar su curso final, la combinación de vientos fuertes, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas presenta un riesgo elevado para cualquier región en su camino.

Se recomienda a las poblaciones afectadas que sigan las indicaciones de los funcionarios locales y del Centro Nacional de Huracanes, y que no subestimen la capacidad destructiva de este fenómeno natural.


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