IA en manos equivocadas: Cómo los grupos terroristas la están utilizando para reclutar, financiar y operar

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THE LATIN VOX (8 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Lo que comenzó como una promesa tecnológica para impulsar la productividad global y transformar sectores enteros de la economía, ahora se ha convertido en una amenaza silenciosa pero creciente: la inteligencia artificial (IA) está siendo utilizada por grupos terroristas para amplificar sus operaciones, reclutar adeptos, difundir propaganda, financiarse y sortear la vigilancia de agencias de seguridad internacionales.

Durante años, agencias antiterroristas han descrito su labor como un juego de “Whac-a-Mole”: cada vez que desactivan una célula o una cuenta en redes sociales, otra emerge con mayor sofisticación. Pero la aparición de herramientas de IA generativa como ChatGPT, accesibles y fáciles de usar, ha abierto una nueva dimensión en esta lucha, una que los expertos advierten puede inclinar la balanza a favor de actores violentos no estatales.

IA: un nuevo catalizador para el terrorismo

Organizaciones como el Estado Islámico (EI), Al Qaeda, e incluso grupos extremistas de ultraderecha como The Base, han comenzado a aprovechar el potencial de la IA para mejorar la calidad y el alcance de su propaganda. Ya no se limitan a panfletos digitales o videos de baja resolución. Hoy, sus contenidos incluyen boletines de noticias convertidos en piezas de audio con voces sintéticas, imágenes generadas automáticamente y hasta avatares que explican cómo fabricar explosivos con materiales domésticos.

“Lo que estamos viendo no es una revolución operativa, sino una aceleración de lo que ya existía”, explicó Adam Hadley, director de Tech Against Terrorism, una organización respaldada por la ONU que monitorea el uso de tecnología por parte de extremistas. “La IA amplifica las amenazas que ya conocemos, y eso es lo que la hace tan peligrosa”.

Manuales de IA para yihadistas

El Estado Islámico no esconde su interés por la IA. En uno de sus canales cifrados, ha distribuido un documento titulado “Guía de herramientas y riesgos de la IA”, donde instruye a sus seguidores sobre cómo aprovechar estas tecnologías para fines operativos. En una de sus revistas recientes, incluso se argumenta que la IA “no es solo tecnología, sino una fuerza que moldea la guerra”.

En foros asociados al grupo, los miembros discuten activamente cómo utilizar ChatGPT y otras plataformas para obtener información sensible, como esquemas de vehículos remotos o planos básicos para armas caseras. Aunque algunos usuarios expresan dudas sobre ser detectados, otros ya han encontrado maneras de evadir la vigilancia.

Un ejemplo alarmante ocurrió en marzo, cuando una cuenta afiliada a EI publicó un video generado por IA que instruía, con voz e imagen sintética, cómo fabricar un artefacto explosivo casero con ingredientes comunes.

Más allá del yihadismo: la ultraderecha también se adapta

La amenaza no se limita al extremismo islámico. Grupos neonazis y de supremacismo blanco también están explorando formas de usar IA para crear memes de desinformación, material gráfico con imágenes de Adolf Hitler y mensajes de odio dirigidos a minorías. Algunos han promovido el uso de generadores de voz encriptados para mantener comunicaciones clandestinas.

“La IA está siendo un aliado para mejorar su seguridad operativa”, afirmó Moustafa Ayad, director del Instituto para el Diálogo Estratégico. “Desde enmascarar voces hasta difundir propaganda a escala, esta tecnología les ayuda a mantenerse ocultos y a la vez más efectivos”.

¿Una respuesta debilitada?

Mientras tanto, la capacidad de las agencias gubernamentales para hacer frente a esta evolución tecnológica parece estar disminuyendo. Recortes presupuestarios en operaciones antiterroristas y una menor prioridad política para el cibercontraterrorismo han dejado brechas que los extremistas están aprovechando.

“La vulnerabilidad más preocupante no está en las nuevas capacidades de la IA, sino en nuestra resiliencia reducida ante amenazas que ya conocemos”, advirtió Hadley. “Plataformas como Meta y OpenAI deben reforzar sus mecanismos de detección y moderación de contenido”.

La cooperación entre gobiernos, sector privado y organizaciones internacionales fue clave para debilitar la maquinaria propagandística del Estado Islámico en sus primeros años. Pero ahora, con herramientas de IA más potentes y accesibles que nunca, los desafíos de seguridad están mutando más rápido que las respuestas.

Una nueva era para el extremismo digital

El caso no es simplemente uno de tecnología mal usada. Es el síntoma de una nueva era en la que la línea entre innovación y amenaza se ha vuelto difusa. Cuando los mismos sistemas que impulsan avances médicos y científicos son aprovechados para construir armas o difundir odio, se plantea una urgente necesidad de regulación, vigilancia y, sobre todo, responsabilidad compartida.

“La inteligencia artificial está democratizando el conocimiento, pero también la violencia”, concluyó Ayad. “La pregunta no es si los terroristas usarán IA. La verdadera pregunta es si estamos listos para impedirlo”.

Crédito fotográfico: UDAX Universidad



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