El año pasado, los incendios forestales en Canadá liberaron una cantidad de carbono que superó las emisiones de varios de los países más contaminantes del mundo. Según un estudio publicado recientemente, estos incendios emitieron aproximadamente 647 megatoneladas de carbono, una cifra que excede las emisiones anuales de países como Alemania, Japón y Rusia.
Los incendios, que arrasaron con 15 millones de hectáreas de bosques canadienses, fueron impulsados por condiciones climáticas extremas, incluyendo temperaturas anormalmente altas y sequías severas. Estas condiciones, exacerbadas por el cambio climático, están haciendo que los incendios forestales sean más frecuentes e intensos.
El estudio, realizado por científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, destaca la preocupante posibilidad de que los bosques, que tradicionalmente han actuado como sumideros de carbono, estén comenzando a contribuir a las emisiones globales en lugar de mitigarlas. Esto plantea serias dudas sobre la fiabilidad de los bosques como herramientas para combatir el cambio climático.
Además, el estudio sugiere que las condiciones climáticas que llevaron a estos incendios extremos podrían convertirse en la norma para la década de 2050, lo que podría resultar en incendios forestales aún más devastadores en el futuro. Este hallazgo subraya la necesidad urgente de revisar las estrategias de gestión forestal y de emisiones de carbono a nivel global.
En resumen, los incendios forestales en Canadá el año pasado no solo devastaron vastas áreas de bosques, sino que también liberaron una cantidad de carbono que rivaliza con las emisiones de algunos de los países más grandes del mundo. Este fenómeno pone de relieve la necesidad de abordar el cambio climático de manera más efectiva y de reconsiderar el papel de los bosques en nuestras estrategias de mitigación de carbono.