En un verano marcado por temperaturas récord y condiciones extremadamente secas, Grecia enfrenta una nueva crisis de incendios forestales que ha llevado a la evacuación de varias áreas alrededor de Atenas. Las autoridades han ordenado la evacuación de hospitales, monasterios y más de una docena de zonas residenciales mientras un gran incendio se aproxima a la capital.
El incendio, que comenzó el domingo por la tarde, se ha extendido rápidamente debido a los fuertes vientos y las condiciones secas, quemando bosques de pinos y creando una densa nube de humo que oscurece el cielo de Atenas. El ministro de Crisis Climática y Protección Civil, Vassilis Kikilias, describió la situación como “un incendio excepcionalmente peligroso” que ha estado ardiendo durante más de 20 horas en circunstancias dramáticas.
Hasta el momento, se han desplegado 670 bomberos, respaldados por 27 equipos especializados en combatir incendios forestales y más de 80 miembros de las fuerzas armadas. Además, más de 180 vehículos y más de 30 aviones y helicópteros de extinción de incendios están proporcionando apoyo aéreo. A pesar de estos esfuerzos, el fuego sigue avanzando en dos frentes principales, con algunas partes en áreas particularmente difíciles de alcanzar en una montaña al noreste de Atenas.
Entre las evacuaciones más notables se encuentran un hospital infantil, un hospital militar, dos monasterios y un hogar infantil. Además, se han emitido órdenes de evacuación para más de una docena de áreas, incluyendo los suburbios de Atenas y la histórica ciudad de Maratón. Tres hospitales de Atenas han sido puestos en alerta máxima para tratar posibles lesiones, y las autoridades locales han abierto al menos un polideportivo y han proporcionado habitaciones en hoteles para los evacuados.
La policía ha jugado un papel crucial en las evacuaciones, ayudando a mover a más de 250 personas lejos del camino de las llamas. En un video publicado en las redes sociales, se puede ver a los oficiales de policía llevando en brazos a personas mayores fuera de sus casas hacia vehículos de evacuación, con un cielo nocturno teñido de rojo por las llamas y el humo.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, regresó apresuradamente a Atenas desde la isla de Creta para supervisar los esfuerzos de respuesta. Las autoridades están trabajando para evitar una tragedia similar a la de 2018, cuando un incendio mató a 104 personas en la ciudad costera de Mati, cerca de la capital.
El cambio climático ha sido un factor clave en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales en Europa, y Grecia no ha sido la excepción. Los meses de junio y julio de este año fueron los más calurosos jamás registrados en el país, que también experimentó su invierno más cálido. Estas condiciones extremas han dejado los bosques en un estado de sequedad que facilita la propagación rápida de los incendios.
La comunidad internacional observa con preocupación estos eventos, esperando que los esfuerzos de extinción y evacuación logren mitigar el impacto de este devastador incendio. Mientras tanto, los residentes de Atenas y sus alrededores continúan enfrentando la incertidumbre y el peligro inminente, con la esperanza de que las condiciones mejoren y que puedan regresar a sus hogares de manera segura.