
THE LATIN VOX (2 de marzo del 2025).- Por Kael Ponce de Leon garcia.
La tensión entre Canadá y Estados Unidos ha alcanzado un nuevo punto crítico, ya que la administración del presidente Donald Trump amenaza con imponer aranceles punitivos a las importaciones canadienses.
La incertidumbre reina mientras Canadá se esfuerza por encontrar una solución que evite el golpe económico, previsto para entrar en vigor el martes.
La presidenta de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA), Erin O’Gorman, ha expresado su preocupación sobre la falta de claridad en las demandas estadounidenses. A pesar de las múltiples reuniones con funcionarios de EE.UU., incluyendo la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y el zar de la frontera, Tom Homan, Canadá aún no ha recibido indicaciones concretas sobre qué medidas adicionales podrían satisfacer a Washington y evitar los aranceles.
El gobierno canadiense ha implementado una serie de medidas para reforzar la seguridad fronteriza, incluyendo un plan de $1.3 mil millones que abarca seis años.
Este plan incluye la adquisición de nuevos perros detectores, escáneres, drones y helicópteros, así como el nombramiento de Kevin Brosseau como zar del fentanilo. Sin embargo, estos esfuerzos parecen no ser suficientes para apaciguar las preocupaciones estadounidenses sobre el tráfico de fentanilo y la migración ilegal a través de la frontera norte.
La situación es especialmente preocupante para las comunidades fronterizas, que dependen del comercio transfronterizo. Desde Alaska hasta Maine, los residentes y las empresas locales temen que los aranceles del 25% sobre la mayoría de los bienes importados de Canadá provoquen confusión y disrupción en sus operaciones diarias.
La industria automotriz, por ejemplo, podría enfrentar un aumento significativo en los costos debido a la imposición de aranceles múltiples sobre las piezas que cruzan la frontera varias veces.
El primer ministro Justin Trudeau ha mantenido conversaciones de última hora con el presidente Trump, en un esfuerzo por evitar la imposición de los aranceles.
Sin embargo, la posibilidad de una resolución de último minuto sigue siendo incierta. Trump ha mostrado una disposición a negociar hasta el último momento en situaciones similares con otros países, pero la falta de claridad en las demandas específicas de EE.UU. complica los esfuerzos de Canadá para encontrar una solución.
Mientras tanto, Canadá se prepara para responder con aranceles recíprocos del 25% sobre $155 mil millones en importaciones estadounidenses, en caso de que las medidas de EE.UU. entren en vigor.
Esta respuesta, que se implementaría en dos fases, afectaría una amplia gama de productos, desde alimentos y electrodomésticos hasta vehículos y productos de acero y aluminio.
La crisis actual subraya la interdependencia económica entre Canadá y Estados Unidos y la necesidad de una cooperación continua para abordar los desafíos comunes, como el tráfico de drogas y la migración ilegal.
A medida que se acerca la fecha límite, ambos países se encuentran en una encrucijada que podría tener repercusiones significativas para sus economías y relaciones bilaterales.