La muerte de un líder separatista sij en Pakistán ha provocado una disputa diplomática entre India y Canadá, dos países con una importante población de origen sij. El fallecido, identificado como Lakhbir Singh Nijjar, era el jefe del grupo proscrito Frente de Liberación de Khalistán (KLF), que busca la creación de un estado independiente para los sijs en el norte de India.
Según las autoridades paquistaníes, Nijjar fue asesinado el pasado sábado por desconocidos en la ciudad de Lahore, donde residía desde hace años. Sin embargo, India acusa a Pakistán de estar detrás del crimen y de albergar a terroristas que atentan contra la integridad territorial de India.
Por su parte, Canadá ha expresado su preocupación por el asesinato de Nijjar, que tenía la nacionalidad canadiense. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha pedido una investigación imparcial y transparente sobre el caso y ha reiterado su apoyo al derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Estas declaraciones han generado el malestar de India, que considera que Canadá está interfiriendo en sus asuntos internos y que está dando cobijo a los separatistas sijs que promueven la violencia. El ministro de Exteriores indio, S. Jaishankar, ha cancelado una reunión prevista con su homólogo canadiense, Marc Garneau, y ha convocado al embajador canadiense en Nueva Delhi para expresarle su protesta.
El conflicto entre India y Canadá se produce en un momento en que ambos países buscan fortalecer sus relaciones con Estados Unidos, el principal aliado estratégico de ambos en la región. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha instado a las partes a resolver sus diferencias por la vía del diálogo y ha ofrecido su mediación para facilitar el entendimiento.