
Un informe reciente de las Naciones Unidas ha instado a Canadá a reconsiderar y revocar las disposiciones que permiten el acceso a la Asistencia Médica para Morir (MAID, por sus siglas en inglés) para personas que no padecen enfermedades terminales. La preocupación principal radica en que individuos con discapacidades o enfermedades mentales puedan optar por la eutanasia debido a factores sociales como el aislamiento, la falta de vivienda o la percepción de ser una carga, en lugar de razones estrictamente médicas.
Según datos de Statistics Canada, en 2023 se registraron 15,343 casos de MAID, lo que representa un aumento del 15.8% respecto al año anterior. De estos, 622 pacientes no tenían una enfermedad terminal, pero eligieron la eutanasia debido a sufrimientos físicos o psicológicos considerados intolerables. Críticos de la ley señalan que en estos casos, factores como el aislamiento social o la percepción de ser una carga influyeron significativamente en la decisión de buscar la eutanasia.
Un comité de expertos en Ontario revisó casos de eutanasia y encontró que algunos pacientes solicitaron MAID debido a razones sociales, como el temor a la falta de vivienda o el aislamiento. Esto ha generado preocupaciones sobre la posible aprobación de eutanasia para personas vulnerables basándose en necesidades sociales insatisfechas en lugar de condiciones médicas irremediables.
Ante estas preocupaciones, el gobierno canadiense ha pospuesto la expansión de MAID para incluir a personas cuya única condición médica sea una enfermedad mental hasta marzo de 2027. Esta decisión busca garantizar que existan salvaguardas adecuadas y que el sistema de salud esté preparado para manejar tales solicitudes de manera ética y segura.
credito fotografico: David Joles/THE CANADIAN PRESS