THE LATIN VOX (13 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El indulto presidencial, una prerrogativa otorgada al presidente de los Estados Unidos por la Constitución, es uno de los poderes más controversiales y fascinantes del cargo. Esta capacidad, que permite al presidente perdonar o reducir las penas a personas condenadas por delitos federales, ha sido utilizada de diversas maneras a lo largo de la historia del país, desde gestos de misericordia hasta decisiones altamente políticas.
El jueves, el presidente Joe Biden conmutó las sentencias de casi 1,500 personas que habían sido liberadas durante la pandemia de Covid-19 y perdonó a 39 estadounidenses condenados por delitos no violentos. Esta acción ha sido considerada la mayor de su tipo en la historia moderna de los Estados Unidos en un solo día.
Además, esta decisión ha puesto nuevamente el foco en la amplia facultad que tiene el presidente para otorgar indultos, un poder que la Constitución de EE. UU. le concede sin la necesidad de aprobación del Congreso ni de ningún otro organismo.
El poder de indulto: Un derecho constitucional
El poder de indulto está claramente establecido en la Constitución de los Estados Unidos en el artículo II, sección 2, que otorga al presidente la capacidad de «conceder indultos y perdones por ofensas contra los Estados Unidos, excepto en casos de juicio político». Es importante destacar que este poder solo aplica a delitos federales y no a los de carácter estatal, y tampoco se aplica en situaciones de juicio político, como en el caso de un presidente enfrentando un proceso de destitución.
Los fundadores de la nación tomaron esta prerrogativa de la tradición inglesa, donde el rey tenía la capacidad de otorgar perdones por razones de misericordia. A pesar de que hubo debates sobre si el Congreso debería aprobar los indultos, figuras clave como Alexander Hamilton defendieron la idea de que el poder de indultar debía estar centralizado en el presidente. En sus famosos ensayos, Hamilton argumentó que el presidente debía tener la capacidad de otorgar perdones de forma independiente, lo que le permitiría actuar con rapidez en situaciones de insurrección o rebelión.
Usos históricos del indulto presidencial
El uso del poder de indulto en los EE. UU. ha sido variado y, a veces, polémico. El primer indulto presidencial fue otorgado por George Washington en 1795, cuando perdonó a los participantes en la Rebelión del Whiskey, un levantamiento violento en Pensilvania contra un impuesto federal. A lo largo de los años, el poder de indultar ha sido utilizado para reconciliar el país tras momentos de gran agitación, como la Guerra Civil, cuando el presidente Andrew Johnson otorgó una amnistía total a los que habían participado en la rebelión confederada.
Un momento clave en la historia del indulto fue durante el escándalo de Watergate, cuando el presidente Gerald Ford otorgó un indulto total a Richard Nixon, quien renunció a la presidencia tras el escándalo. Otros presidentes, como Jimmy Carter, otorgaron indultos masivos, como en el caso de los objetores de conciencia del servicio militar durante la guerra de Vietnam. Más recientemente, Barack Obama utilizó su poder de indulto para reducir las condenas de miles de personas, en su mayoría por delitos no violentos relacionados con drogas.
El caso de Donald Trump
El presidente Donald Trump también hizo uso de su facultad de indulto, beneficiando principalmente a sus aliados políticos. Entre los indultos más notables se encuentran los de su asesor político Steve Bannon, el exjefe de campaña Paul Manafort y el amigo cercano Roger Stone, quienes enfrentaban acusaciones federales. Trump también indultó a figuras controvertidas como su yerno Jared Kushner, y a celebridades como el rapero Lil Wayne.
Comparativa Internacional
Aunque el poder de indulto es común en muchas constituciones del mundo, lo que hace único al sistema estadounidense es la autonomía que tiene el presidente para ejercerlo sin la necesidad de aprobación de otros órganos del gobierno. En muchos países, el poder de indulto está más restringido o requiere la consulta con otros actores, como el parlamento o los tribunales. Además, en varias naciones, el indulto solo puede aplicarse después de una condena y no antes de que se dicte sentencia, lo que hace que la figura del indulto en EE. UU. sea especialmente poderosa.
¿Cuáles son los riesgos del poder de indulto?
El uso del indulto presidencial, si bien es una herramienta legal, también ha sido criticado por su potencial para ser utilizado con fines políticos o personales. Desde la perspectiva de expertos como Andrew Novak, profesor de la Universidad de George Mason, el poder de indulto puede ser susceptible de corrupción, ya que puede ser usado para proteger a aliados o para beneficios propios. Este riesgo ha existido desde la Edad Media, cuando los reyes utilizaban el poder de indultar para proteger a sus seguidores más cercanos.
Reflexión final
El indulto presidencial es una de las prerrogativas más complejas y debatidas de la política estadounidense. Aunque originalmente concebido como una herramienta de misericordia y reconciliación, a lo largo de la historia ha sido empleado de maneras que reflejan las tensiones políticas y sociales de su tiempo.
Hoy, el poder de indulto sigue siendo un tema relevante, especialmente cuando se utiliza para cuestiones tan delicadas como el perdón de figuras políticas o la conmutación de sentencias tras una crisis de salud pública. La continua evolución de este poder nos recuerda que, como herramienta de gobierno, el indulto no solo refleja la justicia, sino también las dinámicas de poder y política en los Estados Unidos.
Crédito fotográfico: REUTERS/Jonathan Ernst/File Photo/Getty Images/Reuters